De “alentadores” calificó una reconocida especialista en Inmunología los resultados de la primera fase de un ensayo clínico que se realiza en Cuba, el cual contempla el empleo de células madre en pacientes que sufrieron lesiones pulmonares por la COVID-19.
De acuerdo con la doctora Odalis María de la Guardia, especialista en segundo grado en Inmunología y Máster en Enfermedades Infecciosas, el estudio “busca eliminar o disminuir las lesiones inflamatorias intersticiales o fibróticas pulmonares, posteriores a la infección”, detalla el diario oficial Gramna.
El estudio se desarrolla desde el mes de mayo en el Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), en La Habana, del cual De la Guardia es la Jefa de Servicios Externos. En su criterio, la investigación tendrá un gran impacto “si, como esperamos, la terapia con células madre da resultados positivos en estos pacientes con alteraciones pulmonares POS-COVID-19”.
La especialista avanzó que de ser efectivo el tratamiento, este “se generalizaría a todo el país y mejoraría la calidad de vida y capacidad respiratoria de estos pacientes”.
Según explicó, aunque las afectaciones provocadas por el coronavirus pueden extenderse por diferentes partes del cuerpo, el órgano “diana” es el pulmón, en el cual “los pacientes pueden presentar afectaciones tanto durante la enfermedad como una vez recuperados”, apunta Gramna.
De la Guardia dijo que en Cuba se han detectado este tipo de afectación, sobre todo entre los pacientes que han sufrido las evoluciones más tórpidas, y detalló que “entre las personas visitadas para el estudio, se encontraron casos de alteraciones pulmonares importantes, que es la más frecuente, pero quizá no sea la más grave”.
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Comentó que la consulta de captación fue atípica, “pues se realizó en el terreno, visitando las viviendas de los pacientes recuperados”, y señaló que para participar en el ensayo clínico los candidatos debían estar entre los 18 y los 70 años, haber cumplido 30 días después de contraer la COVID-19, tener un PCR negativo en el momento de la captación y haber presentado manifestaciones respiratorias desde el inicio de la enfermedad.
Además, se buscó a personas que presentaron “una evolución más tórpida, de más de 20 días en una institución hospitalaria, con necesidad del uso del oxígeno o la ventilación asistida, en estado grave o crítico, o con necesidad del uso de algún aerosol como tratamiento”.
En total, se visitaron más de 130 hogares durante casi tres meses, de mayo a junio; y fueron entrevistados 141 enfermos, de los que se estudiaron unos 50. No obstante, en el ensayo se incluyeron 20 pacientes, “que era la cantidad determinada”, dijo la especialista, quien explicó que “durante la investigación, se apreciaron las diversas secuelas de la COVID-19, aunque la más frecuente fue la afectación pulmonar”.
“En algunos casos, incluso, se detectó la aparición de signos de fibrosis pulmonar, afectación que no llega a corregirse totalmente, y que solo puede tratarse para aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la calidad de vida”, agregó.
La Jefa de Servicios Externos del IHI señaló que “el estudio aún continúa en proceso”, y que aunque ya finalizó la primera parte, aún falta un tiempo para realizar la evaluación final del enfermo.
“Lo que podemos decir es que, hasta el momento, estamos muy contentos con los resultados que hemos observado. Estos son alentadores”, concluyó.