Desde el 17 de marzo de 2022, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) de Cuba no abastece de preservativos a la provincia de Sancti Spíritus, de acuerdo con medios oficiales.
“En esa ocasión solo entraron 54 000 condones, de un plan de 2 809 078 unidades, por lo que solo dio cobertura para siete días. Fue una cifra insuficiente”, explicó al periódico Escambray Damaris Zabalo Calero, directora de la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas.
La crisis de preservativos en ese territorio del centro cubano se remonta, al menos, a 2020, según el medio. En enero de ese año las farmacias espirituanas recibieron el producto y luego no volvieron a comercializarlo hasta septiembre, cuando entraron poco más de 51 mil condones.
Sancti Spíritus requiere, señala Escambray, más de 334 000 preservativos mensualmente, de los cuales el 70 %, unas 234 000 unidades, se distribuyen a través de la red de farmacias del territorio, sin que haya vuelto a ocurrir en los últimos años hasta la fecha.
El crónico desabastecimiento del producto en la red de farmacias, donde se comercializan a un precio subvencionado, obliga a los espirituanos a adquirirlos en el mercado informal por valor de entre 50 y 100 pesos.
Ello, señala Escambray, atenta contra el “uso efectivo” de los condones y, por extensión, contra la salud sexual de la población.
Según el diario, a los únicos a quienes se le garantiza el preservativo es a los grupos de población clave como personas transgéneros o trans, hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), personas que practican sexo transaccional y su pareja y las personas que viven con VIH.
“Estas personas están dispensarizadas por consultorio y se les da un paquete mínimo anual de 21 condones y 10 lubricantes, que no cubre ni tres ni un mes de actividad sexual, pero al menos es responsabilidad del sector de la Salud que les llegue”, confirmó a Escambray Elvis Julio Rodríguez, psicólogo y jefe del Departamento Provincial de Promoción y Educación para la Salud (Prosalud).
Las autoridades en la provincia no refieren un aumento de las enfermedades de transmisión sexual como consecuencia del déficit de preservativos, aunque consideran que a largo plazo sí podría suponer un incremento de dichos padecimientos.
En abril pasado, el periódico local anunció que el Fondo de Población de las Naciones Unidas en Cuba donó cerca de dos millones de preservativos masculinos que fueron distribuidos a todas las áreas de salud de la isla.
De acuerdo con el comunicado de la UNFPA Cuba, de ese total, 2 800 paquetes se habían enviado a Artemisa y Pinar del Río, dos de los territorios más afectados por el huracán Ian.
Como no produce preservativos, Cuba debe importarlos del extranjero. También recibe donaciones de organismos e instituciones internacionales de salud, las que se distribuyen en las consultas y programas de ITS.
Por tal motivo, situaciones como la de Sancti Spíritus se repiten a lo largo de la isla, según refieren medios oficiales y no oficiales, y también usuarios de las redes. Además, este déficit crónico incrementa el valor de los preservativos en el mercado informal y genera malestar en la población.