Harrison Ford se mostró este viernes en Cannes muy emocionado al presentar la película Indiana Jones y el dial del destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny), con la que se despide de Indiana Jones. “Adoro este personaje, lo que me ha aportado en la vida”, afirmó.
A sus 80 años y con una carrera llena de éxitos, no tiene ningún problema con su edad y contestó divertido cuando le preguntaron por qué este es el mejor momento para abandonar a Indy. “¿No es evidente?”, respondió señalándose a sí mismo entre las risas de los periodistas que no dejaron ni un sitio libre en la sala de ruedas de prensa, según reporte de Alicia García de Francisco y Nerea González para la agencia Efe.
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Harrison Ford estaba claramente satisfecho con una película que ha dirigido James Mangold, en sustitución de Steven Spielberg, que se ocupó de las cuatro anteriores, y que es un compendio de todo lo que es Indiana Jones.
“Quería que fuera una buena película, una película que resumiera los cuatro precedentes, que permitiera que cualquiera recordara ese vigor de juventud, pero quería que el personaje viviera todas las fases de su vida”, explicó Ford.
La saga
Han pasado 41 años desde ese 1981 en el que se estrenó En busca del arca perdida (The Raiders of the Lost Ark), la primera entrega de esta saga nacida de la imaginación de George Lucas.
Este quinto y ¿último? largometraje es el cierre perfecto a las aventuras del popular arqueólogo pero, aunque Ford aseguró que será el último, uno de sus compañeros de reparto, Mads Mikkelse, lo puso en duda.
Porque lo que sí quedó claro en la rueda de prensa es que Ford quiere seguir trabajando y “contando historias que sean buenas”, entre las que incluye este Indiana Jones que ha contado con buenos actores y un apasionado director.
“Todo estaba en su lugar para apoyarme a mi edad avanzada”, bromeó el actor, protagonista de otra de las sagas más populares del cine: Star Wars.
“He tenido mucha suerte”, reconoció Ford, que aseguró que hay mucha gente con talento que nunca logra el éxito. “En mi caso tuve que esperar a tener la suerte y la ocasión pero en aquel periodo tuve la oportunidad de aprender, como un artesano”.
En su opinión, su principal suerte “fue trabajar con gente de gran talento”, además de encontrar su lugar “en medio de estos genios” y no desesperarse “cuando no estaba a la altura y no hacía las cosas” como le hubiera gustado.
El dial del destino
La nueva entrega de Indiana se desarrolla en 1969, con el arqueólogo a punto de jubilarse de su puesto de profesor, cuando de repente aparece su ahijada Helen Shaw (Sophie Waller-Bridge) y con ella reaparece un personaje del pasado, Jurgen Voller (Mads Mikkelsen).
Incluye una escena de ese pasado en la que Ford y Mikkelsen han sido rejuvenecidos mediante nuevas tecnologías con las que en este caso se han usado bien, pero que para el actor “es como un truco, no es honesto desde un cierto punto de vista porque no es real”.
Una tecnología que le llevó a reflexionar sobre la posibilidad de volver a ser joven. “No me gustaría estar de nuevo como estaba antes, soy realmente feliz en la edad que tengo, no miro atrás”.
Y bromeó al añadir que fue genial ser joven pero la vida son fases. “Ahora podría no estar aquí y aún estoy trabajando. Todo va bien”, agregó.
Tampoco siente nostalgia de objetos relacionados con sus personajes, aunque sí conserva uno de los sombreros de Indy. “Lo que cuenta son la experiencias vividas, los objetos no importan, lo que importa es lo que sientes”.
Junto a él, Mangold, que, en palabras de Ford, “ha llenado por completo la talla del zapato dejado por Steven Spielberg, para mí ha hecho una película maravillosa”.
“Evidentemente era una gran responsabilidad porque había una enorme expectación”, explicaba Mangold del momento en el que le ofrecieron ocuparse de la película.
Pero, señaló, “no puedes estar a la altura de las expectativas que levantas más que en un cierto punto”. Y el equipo que iba a hacer el filme era el mejor posible, así que aceptó el encargo una vez que asumió que no estaba ahí solo para reemplazar a Spielberg.
Tanto Mangold como Waller-Bridge y Mikkelsen aseguraron haberse sentido emocionados por entrar en un universo que conocían desde jóvenes y todos alabaron el buen ambiente que se creó en el rodaje y la cercanía de Harrison Ford con todos. “Quería ser Indiana Jones incluso antes de querer ser actor”, recordó Mikkelsen, que interpreta al malo de la película que, por supuesto, es un nazi.
Harrison Ford recibió también una Palma de Oro honoraria del Festival de Cine de Cannes, pocas horas después de que Michael Douglas fuera premiado con la Palma de Oro de Honor, en homenaje a sus 55 años de carrera. “Es extraordinario ver toda tu vida en un instante”, dijo Ford.