Se ha instalado en la eterna memoria el profesor, periodista, dramaturgo, narrador, poeta, ensayista, editor y promotor cultural Matías Montes Huidobro, tras fallecer en la ciudad de Miami a los noventa años de edad. Nacido en Sagua la Grande, en 1931, Cuba, luego se trasladó a la capital, donde desarrolló sus estudios de bachiller y se doctoró en Pedagogía en la Universidad de La Habana.
Con su obra Sobre las mismas rocas recibió en 1951 el Premio “Prometeo”, en la segunda edición del Concurso de Dramaturgia creado por el grupo teatral homónimo y por su director, Francisco Morín, para animar y promover a los autores cubanos. Que aquel no sería un ejercicio dramático aislado lo demostraron los textos posteriores, pues entre 1959 y 1961 Montes Huidobro escribió y estrenó Los acosados, Gas en los poros, La botija, El tiro por la culata y Las vacas, merecedora del premio “José Antonio Ramos”, de Dramaturgia.
Por esa época trabajó como crítico teatral publicando en el periódico Revolución así como en su magazine Lunes de Revolución y realizó comentarios teatrales en uno de los espacios habituales de la emisora CMBF. También ejerció la docencia en la Escuela de Periodismo.
El 27 de noviembre de 1961 se marchó de Cuba y su actividad creadora y docente tuvo nuevos puertos. Se estableció en Meadville, Pennsylvania (1962-1964), y allí laboró como docente en las escuelas secundarias de la comunidad. En 1964 comenzó su labor en la Universidad de Hawai, junto a su esposa, la cual se extendería hasta la jubilación de ambos, como Profesores Eméritos, en 1997. Posteriormente pasarían a residir en Miami. Montes Huidobro fue profesor invitado de la Universidad de Pittsburgh y de la Universidad del Estado de Arizona, Estados Unidos. Su participación en actividades académicas como congresos, coloquios y conferencias ha sido harto frecuente tanto en los Estados Unidos como en otras regiones.
A su producción literaria se sumarían las obras teatrales La madre y la guillotina (1976), Exilio (1987), Su cara mitad, La sal de los muertos, La navaja de Olofi (presentada en el Primer Festival de Teatro Hispano de Miami en 1986), Oscuro total, Funeral en Teruel (1992).
Entre sus novelas, los críticos destacan Desterrados al fuego (publicada por el Fondo de Cultura Económica, México, 1974), Esa fuente de dolor, acreedora del Premio Café Gijón, en 1997, España. Con Lamentación en tres estancias el autor resultó antes (1970) finalista del Premio Planeta, y con Segar a los muertos del Premio Cáceres de Novela Corta. Esta obra fue publicada por Ediciones Universal en 1980. Otros de sus títulos son Una saga yoruba y Caravaggio: juego de manos (2017). En su universo poético resaltan los cuadernos Un salmo quisiera ser y Nunca de mí te vas.
De su producción ensayística sobresalen, en cuanto a los estudios teatrales, Persona, vida y máscara en el teatro cubano (Ediciones Universal, 1975), en mi opinión, un ensayo imprescindible sobre nuestro teatro bufo; El teatro cubano durante la República, y su acuciosa y ambiciosa investigación Cuba detrás del telón, con sus cuatro volúmenes sobre el teatro cubano desde 1959 y hasta 1979. Le acompañan La narrativa cubana entre la memoria y el olvido y Del areíto a la independencia: claves literarias de las letras cubanas.
Fundó en 1976 la revista Caribe, trabajó en sus primeras cuatro ediciones. Posteriormente la revista ha seguido su vida en manos de dos destacados profesores. En 1987 creó el sello editorial Persona, proyectos estos independientes y atrevidos que acometió junto a su esposa, Yara González-Montes. Con este último sello Montes Huidobro no solo publicó algunos textos propios sino que también elaboró varios importantes números monográficos sobre el teatro y la literatura cubanos como, por ejemplo, Teoría y práctica del catedraticismo (1990), una edición crítica de las obras de Pancho Fernández que inauguraron en Cuba durante el siglo XIX la variante exitosa del llamado “catedraticismo” en el bufo cubano.
En 2015 la feria del Libro de Miami lo destacó con el Primer Reconocimiento por la Trayectoria Literaria. Dos años después, en 2017, la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) le otorgó el Premio “Enrique Anderson Imbert”.
Sus artículos, así como sus cuentos y sus poemas pueden encontrarse en diversas publicaciones, selecciones y antologías realizadas en Estados Unidos, España y otros países de habla hispana.
La labor de Matías Montes Huidobro fue ingente e intensa y la caracterizó la honestidad y la vocación de entrega. Es uno de los integrantes de esa estirpe capaz de desplegar el mismo talento en géneros tan diversos como el drama, la narrativa, la poesía, el ensayo. Su rigor, creatividad y lucidez han prestado un servicio de valor incalculable a la cultura cubana y el conjunto de su obra necesita y merece ser estudiado y difundido.