La cancelación del Acuerdo entre Cuba y MLB acaparó la atención mediática y para muchos supuso el regreso a un período de sombras en el béisbol cubano. Pero tras ese golpe, contrario a lo que pudiera pensarse, queda todavía una luz al final del túnel en materia de bolas y strikes en la Isla…
Hablamos del Memorando de Entendimiento entre la Federación Cubana de Béisbol y la Little League Baseball, pacto enfocado en el crecimiento del movimiento infantil (niños entre cuatro y 12 años) a través de más de 150 programas de desarrollo local, que incluye renovación de terrenos, entrega de equipamientos y apoyo para viajes relacionados con torneos.
Firmado en La Habana en marzo pasado con la presencia de Stephen D. Keener, presidente de las Pequeñas Ligas, el acuerdo colocaba a Cuba en una situación ideal para rescatar la precaria base del deporte nacional, en sombras durante años por la ausencia casi absoluta de recursos y la marcada desatención de las áreas locales.
“He podido ver de primera mano la pasión por el béisbol en Cuba, donde muchos niños aman y juegan el juego. También he visto la oportunidad de ayudarnos con equipamiento y recursos que ayudarían a llevar los innumerables beneficios de las Pequeñas Ligas a más niños”, dijo Keener en su visita a La Habana, tras la cual se renovaron genuinamente las esperanzas de rescatar el deporte de las bolas y los strikes en la Isla, en un momento en que también estaba vigente el acuerdo con MLB.
Dos meses después de aquel suceso, fue cancelado el pacto para el flujo organizado de peloteros cubanos a las Mayores y poco se sabe sobre la implementación del Memorando. No obstante, lo suscrito entre la Federación Cubana y Little League se mantiene en vigor, no ha muerto. Así lo aseguraron a OnCuba fuentes de la cúpula beisbolera en la Isla, quienes prefirieron no abordar en profundidad el tema más sensible de este convenio: la creación de la Pequeña Liga Cubana.
A priori, el surgimiento de este eslabón es uno de los puntos trascendentales del pacto, precisamente porque permitiría la inyección de recursos e implementos directo a la base, donde existen hoy las mayores necesidades y donde más se debe explorar para descubrir y desarrollar talentos.
La creación de la Pequeña Liga Cubana abriría espacios de juego con los que la Isla no cuenta en la actualidad, porque los Juegos Escolares y los Campeonatos Nacionales de las categorías inferiores distan mucho de lo que necesita el béisbol para salir de la depresión en la que se ha sumido toda su estructura.
Al margen de este paso, el Memorando también le ofrece a Cuba la oportunidad de insertar a sus jóvenes promesas en el sistema competitivo de las Pequeñas Ligas, comenzando por el escalón regional.
Congratulations to the Havana kids and coaches…history made today..first Cuban champions earn a mid July trip to Curaçao for the Caribbean Regional Tournament with dreams of Williamsport and the @LittleLeague World Series…thanks @CubanaBeisbol for hosting national tournament. https://t.co/icxs7CGHy8
— Steve Keener (@littleleagueceo) May 11, 2019
El próximo 12 de julio, la novena de La Habana, flamante monarca nacional en la categoría 11-12 años, comenzará su andadura como representante de la Isla en el torneo del Caribe, que acontecerá en Willemstad, Curazao, con el concurso de Aruba, Bahamas, República Dominicana, Puerto Rico, Islas Vírgenes Estadounidenses y los anfitriones. De ganar allí, lograría el boleto directo a Williamsport, Pennsylvania, sede anualmente de la Pequeña Serie Mundial.
La participación de los cubanitos en la lid de Curazao la confirmó, en primera instancia, Miguel Fraga, secretario de la embajada cubana en Washington, quien después fue replicado en Twitter por Stephen D. Keener, ambos eufóricos por la futura incursión antillana en las Pequeñas Ligas.
Hay motivos para la celebración también en Cuba. Aunque hasta ahora se ha hecho demasiado silencio sobre el tema, el convenio coloca al béisbol cubano las puertas del desarrollo necesario de su base y facilitaría el descubrimiento de muchos más talentos de los que hoy somos capaces de captar. Su implementación permitiría entonces mirar al futuro con justificado optimismo.