El cubano Aroldis Chapman vive uno de sus mejores inicios de temporada desde que llegó a las Grandes Ligas (MLB, por sus siglas en inglés), y este domingo lo ratificó mientras completaba su aparición 800 en el béisbol de mayor nivel en el planeta.
El lanzador holguinero volvió a justificar la confianza que en él depositó la gerencia de los Medias Rojas de Boston, pues al agenciarse su segundo éxito en la incipiente campaña, colocó su sello a cuatro de los cinco éxitos de su equipo, destaca una nota del sitio web especializado Swing Completo.
Aroldis Chapman delivers again!
pic.twitter.com/k50utnLwKi— Boston Strong (@BostonStrong_34) April 6, 2025
El exitoso cerrador se encaramó al box después del empate en nueve entradas del duelo contra los Cardenales de Saint Louis, y con un corredor en segunda -como dicta el reglamento- logró frustrar el intento de los patirrojos de llevarse el partido.
El veloz cerrador de la isla recetó dos ponches, regaló un boleto y retiró a un hombre por elevado a los jardines, para sumar un nuevo éxito a su casillero en la campaña, al que ha sumado un par de rescates.
En su turno al bate, los de Boston lograron anotar la decisiva gracias al remolque del venezolano Wilyet Abreu, como había sucedido en el Opening Day, cuando el cubano se apuntó su primer triunfo en la contienda.
Precisa la publicación que la llegada a 800 partidos en MLB, desde su estreno en la temporada de 2010, representa un récord para un cubano.
Destaca, además, que Chapman es dueño en solitario del lugar 11 entre lanzadores cubanos con más triunfos, al llegar a 57. Ahora aparece con uno más que Orlando Peña (56), y necesita seis victorias para alcanzar a Mike Fornieles, quien le precede en ese escalafón.
La nueva incursión sobre la lomita le permitió llegar a 1250 ponches, para así consolidarse en el escaño siete entre los serpentineros de la isla más dominantes en la MLB, a 48 de Diego Seguí, quien pudiera perder su posición ante de que concluya la temporada.
Chapman, de 37 años, aterrizó en la emblemática franquicia de Boston durante la temporada baja, cuando firmó un contrato de 10,7 millones de dólares por un año. La pasada campaña había exhibido muy buenos desempeños con los Piratas de Pittsburgh, el sexto equipo en su larga trayectoria en MLB.
Allí había recalado desde los Yankees de Nueva York, elenco con el que vivió sus momentos de mayor esplendor hasta 2022, cuando fue dejado libre tras una errática actuación, marcada por una efectividad de 4.46, la más alta en su expediente.