Yo comencé a ver béisbol con cuatro o cinco años, allá por 1994 o 1995. Recuerdo que me sentaba delante del televisor y apreciaba como semidioses a las estrellas de la época. Después, pude observar en vivo y en directo a muchas de esas grandes figuras en mis primeras visitas al estadio. Entre mis favoritos estaban Linares, Kindelán, “El Duque”, Vargas, Javier Méndez, Germán, Lazo, Contreras, Ibar o Pacheco, quienes, pese a tenerlos más cerca, me seguían pareciendo unos auténticos superhéroes.
Pero en determinado punto del camino, algunos empezaron a perderse. Al retiro anticipado de muchos de ellos se sumó otra variable: las salidas del país por las más disímiles causas. Así, de un día para otro, desapareció “El Duque”, desapareció Contreras…
Muchacho al fin, no entendía mucho lo que sucedía, pero me alegraba mucho escuchar, al cabo del tiempo, que estas estrellas comenzaban a dar la talla en Grandes Ligas. En aquellos tiempos, el béisbol estadounidense era algo así como un templo sagrado para mí, y cubano que brillara allí, cubano que ponía en un altar.
Después, el periodismo me dio la oportunidad de meterme en el juego. Los peloteros que antes veía como seres superiores ahora los tenía al alcance de la mano, podía conversar con ellos, conocerlos, descubrirlos, bajarlos del pedestal a un plano más terrenal. Para mí, seguían siendo superhéroes, pero de carne y hueso.
En dicho grupo están los hermanos Gurriel, Yoennis Céspedes, Alfredo Despaigne, José Dariel Abreu, Aroldis Chapman, Aledmys Díaz, Luis Robert Moirán, Yoan Moncada, Yasmany Tomás o José Adolis García, por solo mencionar algunos.
De todos ellos, me provoca particular alegría la explosión de Adolis, uno de los jugadores más serios y comprometidos que he conocido. “El Bombi”, como le llaman, ha aprovechado su oportunidad en Grandes Ligas y se ha asentado en los Texas Rangers, novena en la que es altamente apreciado y a la cual lidera en extrabases (101), dobles (46), triples (seis), jonrones (49), impulsadas (152), anotadas (133) y bases robadas (31) entre 2021 y 2022.
Por si fuera poco, esta semana el avileño se convirtió en el noveno jugador de la historia de los Rangers con más de una temporada de al menos 15 bases robadas y 15 jonrones. El pasado miércoles, en el T-Mobile Park de Seattle, Adolis consiguió su decimoquinta estafa del curso —ya suma 18 jonrones— y se unió a un exclusivo grupo que integran Ian Kinsler, Rubén Sierra, Toby Harrah, Nelson Cruz, Alfonso Soriano, Alex Rodríguez, Oddibe McDowell y Chuck Hinton.
Entre cubanos, solo José Canseco (siete veces), Yasiel Puig (tres), Orestes Miñoso (dos) y José Cardenal (dos) lograron más de una temporada con al menos 15 robos y 15 cuadrangulares.
Yordan Álvarez=30
En la noche de este viernes, Yordan Álvarez enganchó una recta noble (85 millas) del zurdo Tommy Milone y la puso a volar por todo el jardín derecho del Minute Maid Park. La pelota recorrió 384 pies y se convirtió en el trigésimo jonrón del tunero en la presente temporada, la cual podría terminar con más de 55 vuelacercas, según las proyecciones de Baseball Reference.
Esta es la segunda campaña al hilo de 30 cuadrangulares para Yordan, el séptimo cubano con al menos dos temporadas de dichas cifras. El grupo de antillanos que más veces han pegado 30 batazos de vuelta completa la lidera Rafael Palmeiro (diez), seguido por José Canseco (ocho), José Abreu (cinco), Yoennis Céspedes (dos), Kendrys Morales (dos) y Tany Pérez (dos). De todos ellos, solo Kendrys no lo logró en contiendas consecutivas.
Álvarez ha pegado estos 30 vuelacercas en 84 partidos, algo que ningún jugador de los Astros había logrado anteriormente. Jeff Bagwell, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown y una de las leyendas de Houston, conectó 27 jonrones en sus primeros 84 encuentros de 1994 y 1999, temporadas que finalizó con 39 y 42 bambinazos.
Lance Berkman, hombre con más de 300 cuadrangulares vistiendo la franela de los Astros, despachó 29 pelotas más allá de los límites en sus primeros 84 choques del 2002, contienda que terminó con 42 jonrones para él.
Con su rendimiento de este curso, Yordan se está superando a sí mismo. En el 2019, su temporada de novato, el tunero conectó 27 vuelacercas en sus primeros 84 partidos (356 comparecencias y 302 turnos oficiales), y el pasado año en el mismo lapso (351 viajes al plato y 314 turnos) pegó 18. Nadie conoce sus límites.
Néstor Cortés rompe los esquemas
Néstor Cortés ha sido el mejor abridor cubano de la temporada en Grandes Ligas, tal cual lo confirmó su llamado al Juego de Estrellas en Los Ángeles. Sin embargo, el zurdo de los Yankees afrontó algunos problemas en un período de seis aperturas entre el 8 de junio y el 8 de julio. En ese lapso, trabajó 28.2 innings, permitió 17 carreras, nueve jonrones y 32 jits, y dejó efectividad de 5.34.
Para tener una idea de su bajón, Cortés comenzó la jornada del 8 de junio con un excepcional promedio de limpias de 1.50, entre los mejores de MLB, pero ese indicador se disparó a 2.74 luego de las seis presentaciones referidas, en las cuales, curiosamente, su equipo solo perdió dos.
Sin embargo, el zurdo ha recuperado el toque mágico en dos últimas salidas. Antes de la pausa por el Juego de Estrellas ya retiró siete entradas con una sola limpia frente a Cincinnati, y esta semana volvió a mostrar credenciales con seis episodios en blanco y siete ponches contra Baltimore. Con estas dos aperturas de calidad Cortés se ha colado otra vez entre los cinco serpentineros de mejor efectividad (2.48) en la Liga Americana.
Ya lo del tirador nacido en el Surgidero de Batabanó no se puede considerar obra de la casualidad; su nivel ha sido sólido y estable luego de más de 100 entradas de labor, en las que suma 106 ponches, solo 22 boletos, average oponente de .211 y promedio de corredores embasados por inning (WHIP) de 1.00.
Pero eso no es todo. ¿Saben cuántos lanzadores cubanos habían logrado efectividad inferior a 2.50 tras 18 salidas y al menos 100 episodios de trabajo en una temporada? De acuerdo a las bases de datos de Stathead, la respuesta es cuatro, y no cuatro nombres cualquiera. Observemos…
* Adolfo Luque (1923): 1.34 de efectividad tras 141.1 innings
* Camilo Pascual (1963/1968): 2.45 en 135.2/2.40 en 116.1
* Luis Tiant (1968): 1.11 en 146.1
* Mike Cuéllar (1968/1969): 1.97 en 109.2/2.25 en 128.0
Cortés se ha sumado a esta exclusiva lista, la cual, como vemos, había sido intocable desde hace 53 años. Y si aplicamos el mismo filtro entre los lanzadores de los Yankees llegamos a otro dato impresionante: el antillano se une a Luis Severino como los únicos lanzadores de los Bombarderos del Bronx que en el presente siglo han logrado efectividad inferior a 2.50 luego de 18 presentaciones y un centenar de innings trabajados.
Yulieski en plan robador
Sabemos que los fanáticos de Yulieski Gurriel están preocupados por su rendimiento ofensivo durante la presente temporada, en la cual su línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) es de las más bajas de su carrera: .241/.293/.392. Por la misma razón, los detractores —que son tantos como los seguidores— del inicialista de los Astros deben andar con una sonrisa de oreja a oreja.
Sin embargo, Yulieski va dando muestras de recuperación gradual, aunque todavía le falta consistencia y constancia en los resultados. En este mes de julio, por ejemplo, exhibe un promedio de .288 y OBP de .345, pero en términos de producción de carreras todavía no se percibe ese despertar, pues solo ha logrado seis remolques y diez anotadas.
Al margen de estos detalles, el espirituano sigue venciendo metas y poniendo marcas personales. Su última cota tiene que ver con las bases robadas, un aspecto que normalmente pasa por debajo del radar, pero que Yulieski ha dominado. En Cuba, por ejemplo, sumó 153 estafas y solo fue capturado en 52 oportunidades sin ser esta una de sus prioridades, mientras en Grandes Ligas acumula 21 robos en 30 intentos.
Lo curioso del asunto es que Gurriel ha logrado su mejor récord de bases robadas (seis) para una temporada en este 2022, justo cuando ya tiene 38 años. Es bastante poco común que un pelotero de esa edad alcance las seis estafas en una contienda, de hecho, en MLB nadie lo conseguía desde el 2017 (Chase Utley) y en la última década solo cinco jugadores lo han hecho (Utley, Ichiro Suzuki, Derek Jeter, Bobby Abreu y Jamey Carroll).
Si buscamos entre los más de 370 cubanos que han pasado por las Mayores, el único que logró al menos seis robos en una temporada después de cumplir 38 primaveras fue Bert Campaneris, quien lo hizo en 1980 y 1983, hace ya casi 40 años.
Yulieski ha conseguido estas seis estafas en 92 partidos, por lo que todavía le queda camino para mejorar su marca. Y precisamente, si tomamos como referencia la cantidad de choques jugados, nos surge una duda: en el presente siglo, ¿cuántos jugadores mayores de 38 años han logrado seis o más bases robadas en una campaña con 92 desafíos o menos?
La respuesta es cuatro. Solo Rickey Henderson (2002), Trent Hubbard (2002), Eric Young Sr. (2005 y 2006) y Reggie Sanders (2006) lograron seis o más robos en 92 partidos o menos después de cumplir los 38 años. De esta reducida lista, Henderson es el líder de todos los tiempos en estafas, mientras Young y Sanders se robaron más de 300 bases en sus respectivas carreras.