Havana Cubans: “Un paso más y llegamos”

Los Havana Cubans celebrando el triunfo en el campeonato de 1946 en la Liga Internacional de La Florida. Foto: elnuevoherald.com.

Los Havana Cubans celebrando el triunfo en el campeonato de 1946 en la Liga Internacional de La Florida. Foto: elnuevoherald.com.

El 17 de abril de 1946 debutaban en el estadio La Tropical los Havana Cubans, un equipo cubano fundado por el scout norteamericano Joe Cambria que participó con ese nombre en ocho campañas del béisbol organizado de Estados Unidos. Un año después, con la inauguración del Gran Stadium del Cerro, pasarían su sede al estadio más importante de la Isla.

Los Havana Cubans debutaron con victoria de 5-4 frente al Miami Beach con faena completa de Rafael Rivas. El zurdo de Puerto Padre propinó 12 ponches esa noche y terminó con un cero de leyenda al liquidar a fuerza de strikes a dos bateadores con las bases llenas.

Este primer partido tuvo la peculiaridad de contar con dos árbitros de home. Al duelo fue invitado Bill Klem, destacado imparcial de las Grandes Ligas que ya estaba jubilado y actuó solamente en la primera entrada. Lo sustituyó como principal el cubano Raúl Morales, quien de esa forma se convirtió en el primer árbitro latino con actuación en el circuito del béisbol norteamericano.

El peculiar equipo asumió como lema: “Un paso más y llegamos”, para saltar de la Liga Internacional de la Florida hacia la Triple A. Pertenecía a la franquicia de los Senadores de Washington, un equipo en el que debutaron la mayoría de los jugadores cubanos en Grandes Ligas entre la década del treinta y del cincuenta del siglo pasado.

Para su fundación, varios ex-jugadores cubanos, encabezados por Baldomero “Merito” Acosta, contaron con el apoyo de Cambria y el millonario George P. Foster, cuyas acciones serían luego compradas por Clark Griffith, dueño de los Senadores. Ello garantizó su entrada en el circuito profesional de la mano del club de la capital estadounidense.

Los Havana Cubans fue el único equipo cubano que no contó con jugadores negros, prohibidos en la Liga de la Florida. Esto fue posible por la firma de un documento entre la Liga Cubana y la Asociación Nacional de las Ligas Menores, el cual permitió la permanencia del club habanero en aquel torneo.

Conrado Marrero (izquierda) y Sandalio Consuegra con la camisa de los Havana Cubans. Foto: elnuevoherald.com.
Conrado Marrero (izquierda) y Sandalio Consuegra con la camisa de los Havana Cubans. Foto: elnuevoherald.com

En los ocho campeonatos disputados, los cubanos tuvieron un excelente desempeño. Contaron con importantes directores aunque Oscar Rodríguez fue su manager de lujo: dirigió los cinco primeros años en los que el equipo siempre lideró la liga. Después lo siguieron, con un solo año de mandato, grandes de la pelota cubana como Adolfo Luque, Fermín Guerra y Adolfo Marsans, respectivamente, pero ninguno de los tres pudo ganar el título.

En aquellas campañas, formaron parte del equipo peloteros de indiscutible renombre en la Isla. Entre los que vistieron su franela se cuentan Conrado Marrero, Julio “Jiquí” Moreno, Manuel “el Chino” Hidalgo, Camilo Pascual, Rogelio “Limonar” Martínez y Mario Díaz.

Los Havana Cubans tuvieron un paso efímero en la historia del béisbol. En 1954 Bobby Maduro, inversionista del Gran Stadium del Cerro, compró el equipo y le cambió el nombre por el de Cuban Sugars Kings con el fin de escalar desde la Triple A hasta las Grandes Ligas, y convertirse en el primer equipo no norteamericano en ese nivel.

Los famosos Cuban Sugar Kings lograron vencer en la Pequeña Serie Mundial de 1959 a los Minneapollis Millers. Sin embargo, el 8 de julio de 1960 el Secretario de Estado norteamericano Christian Verter presionó a Ford Frick, comisionado de las Grandes Ligas, y se decidió transferir la franquicia de la Habana a Jersey City porque “el clima en Cuba ya no es saludable para nuestro pasatiempo nacional”. El gobierno cubano y el dueño del club protestaron, argumentando que la presencia del equipo cubano brindaba la verdadera característica internacional de la Liga. Todo fue inútil.

De esta manera finalizó la historia que comenzara en La Tropical aquella noche de 1946. Aunque por poco tiempo, los Havana Cubans demostraron el prestigio del béisbol cubano, y sus sucesores, los Cuban Sugars King, estuvieron a punto de cumplir la promesa de su célebre slogan: «Un paso más y llegamos».

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