A pesar de las distancias geográficas, económicas y culturales entre Qatar y Cuba, los vínculos entre ambos países marchan muy bien. Así lo asegura el Sr. Rashid Mairza Al-Mulla, embajador de esa nación árabe en La Habana.
En 2016, en una entrevista anterior, el diplomático describió las relaciones como “saludables y fuertes”, pero dos años después afirma que “hoy día lo están más”. Cita no solo las casi tres décadas de nexos desde 1989 y el respaldo qatarí a Cuba en los foros internacionales, sino también los acuerdos y negociaciones recientes, “especialmente después de las visitas de alto nivel entre los dos países”.
A fines de 2015 visitó Cuba el Emir de Qatar, jeque Tamim Bin Hamad Al-Thani, quien fue recibido por el entonces presidente Raúl Castro. Desde entonces, se ha firmado más de una decena de convenios y han continuado los diálogos bilaterales; el último de ellos, la Segunda Ronda de Consultas Políticas realizada en La Habana a inicios de mayo con la presencia del ministro de Estado de Relaciones Exteriores qatarí, Sultan bin Saad Al Muraikhi.
“En ese encuentro, y durante la visita del ministro se confirmó en general el interés de ambos gobiernos en fortalecer aún más las relaciones”, comenta a OnCuba el embajador Mairza Al-Mulla.
A raíz de la visita del Emir se firmó un Memorando para la inversión en Cuba de 2 mil millones de dólares en cinco años. ¿Cuál es el estado actual de las inversiones qataríes en la Isla?
En los últimos dos años hemos valorado y explorado diferentes sectores para esas inversiones; entre ellos el hidráulico, el turismo, la electricidad, la infraestructura vial, incluyendo una red de carreteras que permitiría un transporte más eficiente en la Isla, y el sector comercial.
También hemos hablado de la energía, porque ese es un tema muy importante para Qatar, en el que tenemos experiencia y potencialidades por nuestro liderazgo en la producción de gas.
En general, se han presentado y negociado diferentes proyectos, y existe un gran interés de empresas qataríes por invertir en Cuba.
Durante la visita del Ministro de Estado de Relaciones Exteriores y en sus encuentros con funcionarios cubanos, se dialogó para reactivar estos proyectos y desarrollarlos en el futuro. Además, para darle seguimiento a estos planes, ambos países han decidido formar comités especializados que ya están trabajando en esa dirección.
Entre los proyectos de Qatar en Cuba está la construcción de hoteles cinco estrellas por una inmobiliaria qatarí. ¿Cómo marchan estos y otras posibles inversiones en el turismo?
Estos proyectos se retrasaron un poco por razones técnicas que se van de las manos de los políticos, pero esos impedimentos ya casi están resueltos. La empresa Diar Qatarí está trabajando con la cubana Gran Caribe, y esperamos que los planes puedan materializarse pronto por el momento de auge turístico que vive Cuba, en el que se levantan hoteles y resorts en toda la Isla.
El turismo es uno de los sectores de la economía cubana que más interés despierta en Qatar. Tenemos muchas empresas especializadas en la construcción y los servicios turísticos, con experiencia reconocida internacionalmente, a las que les gustaría hacer negocios acá y contribuir al crecimiento del turismo cubano.
Otro proyecto es la conformación de una empresa mixta de líneas aéreas entre los dos países, lo que facilitaría los viajes y aumentaría la cantidad de visitantes a Cuba, no solo de Qatar sino también de otros países, porque esta es una Isla muy atractiva para los turistas de todo el mundo.
Cuba cuenta con más 450 médicos en Qatar. ¿Cómo valora su país la colaboración cubana?
La colaboración cubana es para nosotros el plato fuerte, el núcleo de las relaciones bilaterales y nuestro vínculo más importante, en especial la médica. En Qatar apreciamos mucho el alto nivel de los médicos cubanos y por eso hemos fundado el hospital de Dukhan, que ha sido importante no solo para nuestro país sino para toda la región.
Ahora tenemos planes de fundar otro hospital en el sur y estamos contratando nuevos médicos, siempre entre los mejores, para ampliar esos servicios. Por esta razón últimamente ha habido nuevos contactos y visitas entre responsables médicos qataríes y de Cuba.
También en el deporte tenemos cada vez mejores relaciones, porque trabajamos en el marco de un acuerdo bilateral y para nosotros es un tema prioritario por los eventos que hemos organizado y acogeremos en el futuro, como el Mundial de Fútbol dentro de cuatro años.
Además, en Qatar admiramos mucho el desarrollo alcanzado por Cuba en el deporte, y en particular a grandes figuras como Javier Sotomayor, al cual le ha seguido los pasos el qatarí Mutaz Essa Barshim. El deporte cubano tiene un lugar especial en el corazón de Qatar.
En este momento Qatar se encuentra bajo bloqueo de varios países árabes. ¿Cómo ha influido esta situación en su país y, en particular, en el trabajo de los colaboradores cubanos?
Esta crisis nos tomó de sorpresa hace un año y su impacto fue muy fuerte al principio, sobre todo en las primeras semanas. Fue duro para nuestra economía porque importábamos los alimentos, las materias básicas, estábamos conectados con nuestros vecinos en los negocios y el comercio; y también causó mucho dolor en el plano personal, porque las familias qataríes están interrelacionadas a lo largo del Golfo y con el bloqueo se prohibieron los viajes desde y hacia Qatar, y se cortaron muchos lazos familiares y personales.
Además, quienes nos bloquean han sancionado cualquier solidaridad con multas elevadísimas y nos han impuesto severas limitaciones del espacio aéreo, terrestre y marítimo; incluso, hemos sufrido amenazas militares.
Todo esto influyó no solo en los qataríes sino también en los residentes extranjeros, entre ellos los colaboradores cubanos, pero el país fortaleció su unidad y supo enfrentar la situación con la ayuda de naciones como Irán y Turquía, y con nuestras propias potencialidades. Nos dimos cuenta de que teníamos la capacidad para producir, tanto medicamentos como productos industriales y alimentos, y de esta forma hemos multiplicado nuestra producción interna y superado lo que teníamos antes.
Actualmente, quien visita Qatar no podría notar que el país está bajo un bloqueo, ni que hubo carencias, porque hay paz y hemos tenido éxito en superar la crisis y crecer como nación. Y por eso los colaboradores cubanos, como también el resto de los residentes extranjeros, han podido seguir haciendo su trabajo sin dificultades, con seguridad y en condiciones normales.
¿Podría ser Cuba un mediador en el conflicto de Qatar con sus vecinos?
En primer lugar, queremos elogiar la postura de Cuba ante esta crisis. Ha sido neutra y ha elegido el camino de la paz y el diálogo, que es la posición cubana ante los conflictos internacionales.
Cuba ha tenido un papel muy importante en la resolución de conflictos, especialmente en América Latina, como en el caso del proceso de paz de Colombia, y es reconocida internacionalmente, y en particular en Oriente Medio, por su apoyo a las negociaciones pacíficas. Por eso pensamos que, si quisiera y fuera posible, Cuba podría realizar un papel muy importante como mediador ante nosotros y los otros países involucrados en este conflicto, para dialogar sobre cualquier tema que pueda ponerse sobre la mesa y pueda resolverse esta situación sin afectar nuestra soberanía.
Kuwait se ha ofrecido desde el inicio como mediador, algo que le agradecemos, y nuestro deseo es que, con el apoyo de la comunidad internacional, se pueda llegar a una solución pacífica antes de que las consecuencias sean mayores.
Qatar también tiene experiencia como mediador y nuestra línea de política internacional es siempre ha favorecido la mediación y el diálogo para resolver los conflictos. Tenemos experiencia en países como Sudán, el Líbano, Yemen, Afganistán, en donde hemos contribuido a que las partes lleguen a un acuerdo. Y tenemos la disposición de mediar entre Cuba y Estados Unidos, un conflicto que lleva ya más de seis décadas y, si nos invitan, brindaríamos nuestro apoyo para alcanzar la mejor solución.
Hace ya casi un año los cubanos no necesitan visa para viajar a Qatar por un período de 30 días. ¿Cómo evalúa la respuesta a esta medida?
Esta medida se tomó como parte de un acuerdo entre Qatar y Cuba para la exención de los visados a los ciudadanos de los dos países, y ha permitido que aumente la cantidad de cubanos que viaja a nuestro país, principalmente personas que van a participar en eventos científicos y académicos, y también familiares de los colaboradores cubanos que van a visitarlos allá.
Además, ha facilitado los viajes de qataríes a Cuba, aunque existe el impedimento de la distancia tan larga entre los dos países y la dificultad de que no existan vuelos directos, lo que hace los viajes puedan tardar más de 25 horas. Pero, aun así, los qataríes que vienen a la Isla se marchan muy complacidos no solo con el paisaje y las instalaciones turísticas sino también las personas, con la amabilidad de los cubanos, y ellos transmiten esta impresión a otros qataríes y los impulsan a venir.
De concretarse el acuerdo para vuelos conjuntos, podrían aumentar bastante los viajes entre los dos países, y no solamente para sus ciudadanos sino también para las dos regiones, porque Cuba no es solo un centro turístico sino también un núcleo importante en el Caribe.
Desde hace algún tiempo existe un proyecto para una nueva embajada de Qatar en La Habana. ¿En qué punto se encuentra y cómo se ha manejado su inserción en el entorno urbano habanero?
El proyecto se retrasó por trámites burocráticos y por el trabajo de investigación, de análisis del suelo, del análisis topográfico de la zona. Esto ha tomado mucho tiempo. Los trabajos están a cargo de una empresa qatarí y otra cubana, y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba está al frente de todos los procedimientos. Finalmente, ya hemos recibido los mapas y los planes constructivos y pensamos que pronto podamos poner la primera piedra.
En cuanto a la construcción, la idea es que sea de estilo árabe. En Cuba hay un desarrollo constructivo por el turismo, con edificaciones de distintos estilos, y nuestra construcción será diferente. Será una obra a largo plazo, que incluye el saneamiento del lugar y un trabajo en los canales, de manera que no afecte a la edificación ni tampoco al entorno porque el nivel del mar sube bastante.
Pero esperamos que una vez terminada sea algo nuevo para La Habana, que sea como una perla para la ciudad y se integre bien en su entorno.