Seis migrantes cubanos fueron interceptados por las autoridades de Panamá cuando viajaban ocultos en un camión, informó este lunes el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront). Junto a ellos también viajaba un migrante de Ecuador.
El conductor del vehículo de carga, cuya identidad no fue revelada, fue puesto a órdenes de las autoridades competentes sospechoso de delito de tráfico de personas.
Las autoridades de Fronteras explicaron en un comunicado que los migrantes dijeron que el chófer “les cobraba altas sumas de dinero para transportalos a la Ciudad de Panamá” desde Puerto Limón, una localidad de la provincia de Darién, fronteriza con Colombia.
Al momento de la revisión del camión los agentes del Senafront hallaron a los siete migrantes, además de 1,015 dólares en efectivo y 20 pesos uruguayos, de acuerdo con la información oficial.
Miles de migrantes ilegales caribeños y extracontinentales, de países africanos y asiáticos siguen llegando a Centroamérica en su tránsito hacia Estados Unidos ayudados por redes de traficantes de personas.
Las autoridades de Panamá reconocieron en febrero pasado la llegada de una oleada de unos 700 migrantes irregulares, la mayoría cubanos y el resto de países como Haití, Camerún, Ghana, Eritrea y Etiopía. Entraron por los límites con Colombia buscando pasar por la frontera de Costa Rica para seguir rumbo al norte del continente americano.
El titular de Seguridad, Jonattan Del Rosario, dijo entonces que el compromiso entre de los gobiernos panameño y costarricense era que estos migrantes salieran “de manera gradual” de Panamá mediante un programa denominado “flujo controlado”.
Panamá construirá albergue para migrantes, entre ellos cubanos
En el marco del programa los migrantes son sometidos a un procedimiento de verificación sanitaria, de seguridad y migración, incluido un proceso biométrico para comparar información con bases de datos de Estados Unidos y otros países a fin de tener un perfil de la persona y determinar si la misma genera o no un alerta migratoria, dijo Del Rosario en una entrevista con Acan-Efe.
El pasado 20 de febrero, el presidente panameño, Juan Carlos Varela, y su colega de Costa Rica, Carlos Alvarado, acordaron reforzar el programa bilateral flujo controlado con el objetivo de garantizar la atención humanitaria al migrante sin descuidar temas inherentes a la lucha contra el tráfico de seres humanos.
Hace unos días se informó que cerca de 600 migrantes cubanos estaban en albergues humanitarios en la nación itsmeña, una parte en la zona fronteriza con Costa Rica y la otra, en los límites con Colombia. También se ha reportado recientemente la detención de viajeros ilegales de la Isla en Honduras con rumbo a EE.UU., algunos de ellos junto a “coyotes”.
Las oleadas de migrantes cubanos provocaron una crisis en 2015 y 2016 en varios países centroamericanos, entre ellos Panamá, tras deshielo de las relaciones entre Washington y La Habana.
Aunque poco después, la administración Obama canceló la llamada política de pies secos/pies mojados, que beneficiaba a los migrantes de la Isla, miles de cubanos continúan intentando llegar a suelo norteamericano, principalmente a través de Centroamérica.
EFE / OnCuba