Las amplias sanciones de Estados Unidos que buscan derrocar al gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, podrían infligir más daño a una economía que sufre una inflación de seis dígitos ahuyentando a los inversionistas que quedan. Las nuevas medidas no afectarán al sector privado venezolano, pero la mera posibilidad de ser sancionado por Washington por participar en transacciones en las que podría verse implicado el ejecutivo de Caracas podría servir como disuasión.
A continuación, un vistazo al alcance y posible impacto de la orden ejecutiva de Donald Trump:
¿Es un embargo?
Las nuevas medidas anunciadas por el gobierno de Donald Trump esta semana congelan todos los activos del ejecutivo de Venezuela en Estados Unidos y permiten al Departamento del Tesoro sancionar a cualquier persona, empresa o entidad que ayude al régimen de Nicolás Maduro.
Aunque están a la par con las estrictas sanciones de Washington a países como Corea del Norte, Irán y Cuba, no tienen un alcance tan amplio como esas. Por ejemplo, Venezuela sigue teniendo un considerable sector privado que no está señalado en la orden ejecutiva.
Francisco Rodríguez, economista jefe de la consultora de Nueva York Torino Capital, y otros analistas dicen que no calificarían las sanciones de embargo ya que están diseñadas para que afecten específicamente al gobierno y no al comercio en general.
Según Rodríguez, las sanciones estadounidenses previas constituyen un “embargo petrolero” ya que atañen a la petrolera estatal, que controla todas las transacciones.
¿Cuál es el posible impacto?
El mayor impacto probablemente se derive de las “sanciones secundarias”, que podrían tener un efecto devastador sobre la economía de Venezuela.
El gobierno de Trump podría impedir que los ejecutivos y empresas extranjeras que ayuden a Maduro a mantener el poder entren al mercado estadounidense. El asesor de Seguridad Nacional John Bolton lo explicó de forma más tajante el martes: hagan negocios con el gobierno venezolano y estarán vetados en Estados Unidos.
“Procedan con extrema cautela”, advirtió.
Los analistas dicen que la definición de ofrecer “apoyo material” es tan poco concreta que podría tener un efecto dominó que enfríe todos los negocios con Venezuela. En concreto, países como India y Malasia, que ahora compran el 46% de las exportaciones venezolanas, podrían decidir que sería mejor reducir su comercio.
“Todas esas medidas tienen un impacto en la capacidad de importación de la economía y llevará a una contracción económica más profunda”, agregó Rodríguez.
¿Se aplicarán?
Está por ver cómo de estricto será el gobierno de Trump a la hora de aplicar las nuevas sanciones contra entidades extranjeras.
Sin embargo, la simple amenaza de verse fuera del lucrativo mercado estadounidense podría ser suficiente para asustar a los posibles inversionistas.
Jeffrey Schott, miembro del Peterson Institute for International Economics que ha estudiado a fondo las sanciones, dijo que la responsabilidad de asegurarse de no violar las sanciones recaerá en las propias empresas, y dado el amplio alcance del estado venezolano, muchas tendrán difícil demostrar que no hay capital gubernamental implicado.
“Como el alcance de las obligaciones es ambiguo, una empresa no sabe cuándo está en riesgo de incumplimiento”, señaló Schott.
Las instituciones financieras tendrán la “abrumadora tarea” de determinar si están siendo utilizadas como un canal para transacciones con el gobierno, y la “respuesta prudente para muchos” sería restringir esos acuerdos significativamente, apuntó Rodríguez.
¿Se permitirán excepciones?
La orden ejecutiva permite la entrega de ayuda humanitaria, pero es probable que disminuyan los envíos de comida y medicamentos.
Sanciones similares impuestas en otras partes del mundo demuestran que las organizaciones e instituciones financieras preferirán ser cautas aunque la política estadounidense permite explícitamente la entrega de ciertos bienes.
“Normalmente no continúan aunque estén autorizados”, dijo Schott.
Lo describió como un ejemplo de los “daños colaterales” que suelen acarrear las sanciones: las empresas y las personas que no están señaladas específicamente en las medidas se ven afectadas de igual.
Las restricciones al comercio han hecho que muchos bancos y empresas de todo el mundo duden a la hora de hacer negocios con Irán, por ejemplo, aunque Estados Unidos insiste en que los fármacos y los productos humanitarios están exentos de sanciones. Los precios de los medicamentos importados, como los de la quimioterapia, se dispararon y los médicos temen que estén fuera del alcance de muchos iraníes.
¿Son efectivas las sanciones económicas?
Los estudios dicen que, en el mejor de los casos, las sanciones económicas son efectivas solo un tercio de las veces que se imponen para lograr objetivos políticos.
Una revisión citada con frecuencia de 115 casos ocurridos entre 1914 y 1990 halló 40 ejemplos que podrían ser considerados un “éxito”. Los análisis posteriores desafiaron esta conclusión y apuntaron que son efectivas a una tasa aún más baja.
En su defensa de las sanciones, Bolton dijo: “Funcionaron en Panamá, funcionaron una vez en Nicaragua, y volverán a funcionar allí, y funcionarán en Venezuela y Cuba”.
Sin embargo, ninguno de esos ejemplos está tan claro.
Las sanciones estadounidenses a Nicaragua para derrocar al gobierno sandinista en la década de 1980 infligieron un golpe devastador a la economía, lo que según algunos llevó a la derrota del partido en las elecciones, pero en ese caso las sanciones se combinaron con una intervención militar contra el régimen. El líder autoritario panameño Manuel Noriega solo fue desbancado cuando el presidente George H.W. Bush envió soldados al país.
Rodriguez dijo que es poco probable que las sanciones influyan para que Maduro abandone la presidencia. En su lugar, añadió, las garantías de alto nivel de que los miembros del gobierno no serían juzgados si abandonan sus cargos serían más efectivas. “Hay que construir esa opción de salida”, apuntó.