El gobernador de Florida y ahora también candidato a la primaria republicana del 2024, Ron DeSantis, sigue con su política de no aceptar a inmigrantes indocumentados. Incluso, los recoge en otros puntos de la geografía nacional antes de que entren al estado y los lleva a otros estados sin informarlo.
Así ha vuelto a suceder dos veces en el plazo de una semana. El viernes 16 venezolanos y colombianos fueron llevados por vía aérea hasta Sacramento, California, y el lunes le tocó a un segundo grupo de 20.
Los grupos fueron recogidos en El Paso, Texas, cuando funcionarios de la oficina de Ron DeSantis los contactaron y convencieron a acompañarlos por carretera hasta Nuevo México. Allí los subieron a aviones privados y los depositaron frente al edificio de la Iglesia Católica en Sacramento. Todo ello sin avisar a las autoridades de California.
Esto puso sobre aviso al gobernador Gavin Newsom, quien se encolerizó contra DeSantis.
En Florida, las autoridades mantuvieron un silencio inicial hasta el martes, cuando admitieron que estaban detrás del traslado y dijeron que todo fue hecho a pedido de los venezolanos y voluntariamente.
“La reubicación voluntaria de Florida es precisamente eso: voluntaria. A través del consentimiento verbal y escrito, estos voluntarios indicaron que querían ir a California”, dijo el martes Alecia Collins, portavoz de manejo de emergencias de Florida, en un comunicado.
La declaración incluyó un enlace a un video de hispanohablantes que aparentemente viajaban voluntariamente, con un hombre que asegura haber llegado a California y otros diciendo que fueron bien tratados en su viaje. Este miércoles el video fue retirado de la página de la gobernación de Florida.
Protestan en calles de Florida por nueva ley sobre inmigración
Entretanto, el gobernador Newsom acusó a su homologo floridano de “secuestro” basándose en las leyes locales.
Acorde con la ley floridana, el programa de reubicación está diseñado para evitar la entrada de inmigrantes indocumentados, lo que, según la oficina del gobernador, ocasiona gastos millonarios al estado.
DeSantis ha organizado varios vuelos similares el año pasado, para dejar a inmigrantes indocumentados en Massachusetts, básicamente en Martha’s Vineyard.
Florida no se considera un estado santuario de inmigrantes documentados. Incluso una ley estatal, que fue adoptada hace un par de años, prohíbe que ciudades o condados se declaren protectores como otras localidades del país.
El fiscal general de California, Rob Bonta, dijo en una entrevista con la cadena ABC que los migrantes fueron engañados “basado en conversaciones directas que tuve con varios de ellos que indicaron que se les prometió ayuda para encontrar trabajo si subían al avión y después de que se bajaran”.
Pero, en lugar de recibir ayuda “fueron abandonados”, subrayó. “Los engañaron, les mintieron y eso es moralmente cruel, es inhumano, está mal”, agregó Bonta.