Un coche, varias motocicletas y múltiples barricadas ardían el sábado en las calles del este de París, en Francia, mientras una protesta del movimiento de los chalecos amarillos degeneraba en actos dispersos de violencia.
Los bomberos de París apagaban múltiples incendios pequeños pero impresionantes alrededor de la Plaza de la Republica. El olor a gas lacrimógeno, mezclado con humo negro, hacía difícil respirar el aire.
Varios reporteros de The Associated Press vieron un auto y motocicletas en llamas, mientras la policía disparaba múltiples rondas de gas lacrimógeno y granadas antimotines y los equipos antidisturbios trabajaban para controlar a la multitud. Varios manifestantes lanzaban bengalas.
Chalecos amarillos incendian barricadas en París.pic.twitter.com/CppQniCxtk
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) April 20, 2019
La televisión francesa mostró imágenes de médicos voluntarios atendiendo a un manifestante con chaleco amarillo tendido en el suelo.
La jefatura de policía de París dijo que las autoridades detuvieron a 126 personas en la primera hora de la tarde y que hicieron inspecciones aleatorias a más de 11,000 personas que trataban de entrar a la capital para participar en las protestas del sábado.
Los chalecos amarillos reanudaron sus protestas en París y otras ciudades para recordarle al gobierno que reconstruir la Catedral de Notre Dame, dañada por el fuego, no es el único problema que el país tiene que resolver.
Aunque el ambiente en el este de la capital francesa era tenso, con arrestos y enfrentamientos, muchas acciones del sábado fueron pacíficas.
Muchos manifestantes se sienten frustrados porque la campaña internacional para ayudar a Notre Dame ha eclipsado el movimiento de cinco meses de antigüedad contra la desigualdad de la riqueza. Es la 23ra semana del movimiento contra la inequidad social y el liderazgo del presidente Emmanuel Macron.
Aunque están profundamente entristecidos por el incendio sufrido por el monumento nacional, muchos chalecos amarillos están furiosos por las donaciones de 1,000 millones de dólares para Notre Dame hechas por magnates mientras sus demandas sociales siguen sin respuesta y ellos pasan trabajos para sobrevivir.