Theresa May anunció el viernes que renunciará como líder del Partido Conservador de Gran Bretaña el 7 de junio, admitiendo la derrota en su intento por sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea e iniciando una carrera para la elección del nuevo primer ministro del país.
May fungirá como primera ministra en funciones hasta que se nombre a un sucesor, un proceso que podría demorarse varias semanas. El nuevo líder conservador asumirá el cargo de primer ministro sin necesidad de convocar nuevas elecciones.
Con la voz rota, May dijo en un discurso televisado desde el exterior de su residencia oficial, en el 10 de Downing St., que pronto dejaría un cargo que ha sido “el honor de mi vida”.
May se convirtió en primera ministra un mes después de que los británicos decidieran abandonar la Unión Europea en un referéndum celebrado en junio de 2016, y su mandato se ha consumido tratando de lograr ese objetivo.
La dirigente cedió a la implacable presión de su partido para dimitir al no poder completar el Brexit en el plazo establecido, que finalizó el 29 de marzo. Está previsto que Gran Bretaña salga de la UE el próximo 31 de octubre, pero el Parlamento no ha aprobado aún los términos del divorcio entre Londres y Bruselas.
“Hoy, como hace tres años, siento tan cierto que en una democracia, si le das a la gente una opción, tienes el deber de implementar lo que decidan”, declaró May.
“He hecho todo lo posible para hacerlo (…) Pero ahora tengo claro que lo mejor para el país es que un nuevo primer ministro lidere esos esfuerzos”, agregó.
Su marcha abrirá una pugna por el liderazgo de la formación, a la que podrá presentarse cualquier legislador conservador. Por el momento, el favorito es Boris Johnson, un exsecretario de Exteriores y férreo defensor del Brexit.
Con el paso del tiempo, los legisladores conservadores veían cada vez más a May como un obstáculo para la salida de Gran Bretaña de la UE, aunque su sustituto enfrentará el mismo problema: un parlamento profundamente dividido sobre el Brexit y sobre cómo de cercana debería ser la relación posterior con el bloque.
La presión sobre May alcanzó un punto crítico esta semana cuando la líder de la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, dimitió y varios miembros de su gobierno expresaron dudas sobre su acuerdo para el Brexit.
Con su autoridad ya agotada, May demoró el jueves sus planes para publicar el proyecto de ley de salida alcanzado con Bruselas, en el que habría sido su cuarto intento para que el parlamento respaldase el texto.
Leadsom, como cualquier otro posible aspirante a reemplazar a May, se unió a las voces que rindieron tributo a la líder saliente. En un tuit, dijo que el “digno discurso” de May fue “una ilustración de su compromiso total con el país y el deber. Hizo todo lo que pudo y le deseo lo mejor”.
Johnson, cuyas incesantes críticas ayudaron a la caída de May, tuiteó: “Gracias por su estoico servicio a nuestro país y al Partido Conservador. Ahora es tiempo de seguir sus deseos: unámonos y completemos el Brexit”.