Cuba 2024. Cuba 2025.
Cuba 2025. Cuba 2024.
Mismo y distinto teatro.
Histórico ornitorrinco.
Cinco por cinco más cinco
menos cinco. Todo igual.
Lo que iba mal sigue mal.
Lo que iba a ir bien no se sabe.
Grave más grave por grave
Menos grave da fatal.
Cuba ha terminado un año
marcado por las tragedias,
por soluciones a medias,
sacrificios y autoengaño.
Un año con el tamaño
de varios años, lo asumo.
Voy a ver cómo resumo
en versos lo que ha pasado.
Y cómo pongo a su lado
deseos, sin vender humo.
Deseo que los cubanos
sean mucho más felices.
Que defiendan sus raíces
con los sueños y las manos.
Que se traten como hermanos.
Que se acaben los rencores.
Que nos llenemos de flores
más que de espinas, en ramos.
Y que este año seamos,
todos, “un tilín mejores”.
Otro año de sueños rotos.
De bloqueo y de sanciones.
Prolongados apagones.
Repetidos terremotos.
Otro año de manirrotos.
Otro año de inmovilismo.
Otro año de conformismo.
Otro de gente sufrida.
Y se nos pasa la vida.
¡Y abajo el siempreeslomismo!
Cuba mía, yo deseo
que algo comience a cambiar
y que dejemos de echar
toda la culpa al bloqueo.
Deseo que lo más feo
se acabe y nazca lo bello.
Que se acabe el atropello
provenga de donde venga.
Y que el cubano no tenga
por más tiempo el agua al cuello.
En el discurso oficial
se habló claro —y eso aterra—:
“Economía de guerra”;
“situación excepcional”.
El año comenzó mal
(por más sueños que demandes).
Y entre los fiascos más grandes
el “adiós” del que fue un día
Ministro de Economía:
Alejandro Gil Fernández.
Deseo que se levante
el bloqueo o el embargo.
Y que nuestro caimán largo
poco a poco se agigante.
Que el Gobierno no se plante
en echar balones fuera.
Que nuestra única bandera
ondee en todas las astas
y que se acaben las castas
y que el país no se muera.
Otra vez falta de luz.
Apagones infernales
y fallas en las centrales
termoeléctricas. ¡Qué cruz!
Siempre Cuba a contraluz.
Sombras, penumbras. Carencia.
Grandes pozos de paciencia.
Comida echada a perder.
Mañana parece ayer.
Seguimos de penitencia.
Deseo que Cuba crezca.
Que crezca su economía
y su luz y su energía
y su paz. Que re-amanezca.
Que el odio desaparezca.
Que la ineptitud también.
Que se mezcle el carpe diem
con el futuro soñado,
pensado, planificado,
donde todo se haga bien.
Reconozco que tenemos
un problema de pobreza
extrema. Gente que empieza
a vivir en los extremos
de la miseria y los vemos
comiendo de la basura.
Una imagen nueva y dura.
¿Qué haremos para evitarla?
Revertir esto. Cambiarla.
Salir de la zona oscura.
Deseo menos discursos
y mejores decisiones.
Que haya menos apagones
y tengamos más recursos.
Que juntos venzamos cursos
(en las buenas y en las malas).
Que haya vuelos sin escalas
hacia un futuro mejor
y disparemos amor:
más barato que las balas.
Reconozcan que las drogas
avanzan entre los jóvenes.
Más drogatas que Bethóvenes.
Más jeringuillas que togas.
Dejemos las demagogas
frases. La gente las paga
(hágase lo que se haga)
porque es barato y puntual:
“el kímico” se ha hecho un mal
que avanza como una plaga.
Deseo más combustible.
Deseo menos ciclones.
Deseo cero apagones.
Y cero inflación. ¡Qué horrible!
Que haya una Cuba posible
en vez de una idealizada.
Una Cuba ni bloqueada
ni cercada de exabruptos.
Pero también sin corruptos
en la clase acomodada.
Reconozcan que vivimos
comidos por la basura,
por la mierda pura y dura:
desperdicios en racimos.
¿Qué hicimos mal? ¿Qué no hicimos?
Más basura cada día.
La ciudad de luz vacía
y un Cayo Cruz nacional:
síntoma institucional
de indolencia y apatía.
Deseo que regresemos
a ser Meca cultural.
Y que —pasión nacional—
de nuevo en béisbol ganemos.
Deseo que nos llenemos
de risas, besos, abrazos.
Y que demos buenos pasos
para que, sin cortapisas,
renazca de sus cenizas
esa Habana hecha pedazos.
Reconozcan la sangría
que está vaciando el país
por un éxodo infeliz:
gente joven, de valía,
que se va día tras día
en plena edad laboral.
Chicas en edad gestal.
Miles y miles de isleños
que no realizan sus sueños
en su terruño natal.
Deseo que Donald Trump
sufra amnesia selectiva
y olvide a Cuba… que viva
mirando a otra dirección.
Ya es dura la situación.
Ya se ha sufrido bastante.
Y no ningún gobernante
sino el pueblo, los de a pie.
Deseo —de buena fe—
que mi pueblo se levante.
Reconozcan que el país
solo se levantará
con gente de aquí y de allá
pero con igual raíz.
Entre mentira y mentís
reconozcamos, paisanos,
que habrá que juntar las manos
pero unirlas de verdad
con toda la sociedad
transnacional de cubanos.
Deseo prosperidad.
Deseo feliz infancia.
Aguaceros de abundancia.
Ciclón de felicidad.
Salud y salubridad.
Música. Sol. Poesía.
Quisiera que la isla mía
venza el bloqueo exterior
y también el interior,
viviendo en paz y armonía.
Reconozcamos, cubanos,
que en este lustro que arranca
con Trump en la Casa Blanca
y planes republicanos
habrá asedios inhumanos
y no habrá un trato especial
a ningún connacional
ni para isleñas empresas.
Se acabarán las remesas,
Morirá lo comercial.
En fin, deseo que el año
que acaba de comenzar
nos permita respirar
sin hacernos tanto daño.
Que se acabe el desengaño.
Que ganemos más confianza.
Que se ponga en la balanza
todo lo bueno que hagamos.
Que vivamos y tengamos
doce meses de esperanza.
Cuba 2024. Cuba 2025.
Cuba 2025. Cuba 2024.
Mismo y distinto teatro.
Histórico ornitorrinco.
Cinco por cinco más cinco
menos cinco. Todo igual.
Ojalá se acabe el mal
tenga la forma que tenga
y venga de donde venga
que el dolor tenga final.
Postada:
Y que inventen la vacuna
contra quien los sueños viola.
Porque Cuba hay una sola.
Porque vida, solo hay una.