La máquina AZT 6000, diseñada y construida en Cuba y actualmente en uso en la preparación de los campos de caña del país, garantiza una siembra rápida, con mayor eficiencia y menor utilización de recursos humanos.
Esta sembradora de caña es la corona de la Empresa Exportadora de la Industria Azucarera (Azutecnia) –subordinada al Grupo Empresarial Azucarero AzCuba–, una joven y vigorosa entidad integrada por trabajadores de alta profesionalidad y especialización en el sector productivo tradicional cubano.
AZT 6000 humaniza el cultivo, impulsa la producción de caña en la Isla y transforma sus métodos en aras de aumentar la presencia del azúcar en el mercado interno y garantizar su posicionamiento en el mundo.
Azutecnia presta servicios en talleres, fundición, obras ingenieras, riego y preparación de los suelos, talleres de comunicaciones y asistencia a las nuevas tecnologías y climatización. Sus equipos, localizados en toda Cuba, son insustituibles en el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar. Fabrica y repara implementos y brinda asistencia técnica en función de asegurar un servicio de calidad en la producción y tiro de caña, precisa Danais Sandoval Nodarse, Directora de Inversión y Desarrollo.
La institución posee un competente movimiento de innovadores y racionalizadores que, concentrados en la modernización del cultivo de la gramínea, ahorran miles de dólares al país. Cada idea desarrollada por ellos, cada maquinaria mejorada, genera un considerable beneficio. La Sembradora de caña AZT 6000 es un ejemplo de la creatividad en la mecanización de las labores y en la sustitución de importaciones en divisas.
La idea parte de la experiencia de países productores que usan máquinas similares. De un prototipo inicial de azucareros camagüeyanos se proyectó el modelo actual, ahora generalizado. Posibilita mejoras en la siembra de caña y procura que no sea manual sino mecanizada. Eleva los niveles de productividad, dice Sandoval Nodarse.
Porque la AZT 6000 es una herramienta multifuncional, construida bajo estándares internacionales, pero con un diseño propio de Cuba, que tiene en cuenta las características de nuestros suelos y otros factores importantes.
Con ella se puede plantar, surcar, sembrar, tapar y compactar la caña que se deposita en el surco y aplicar el fertilizante necesario para este tipo de cosecha. Su ritmo es impresionante: una hectárea por hora.
“Siempre se ha usado este tipo de implementos, pero en menos proporción. Ahora, con nuestra cosechadora, se ha hecho intensivo este uso”, explica Sandoval Nodarse, y precisa que ya se usan en el país decenas de cosechadoras.
Los servicios de los talleres de Azutecnia son fundamentales para mantener otras maquinarias. Están orientados a la fabricación, recuperación y mantenimiento de motores y piezas de repuesto. Las piezas en mal estado se sustituyen, siempre con un ahorro significativo, teniendo en cuenta el valor de esas partes y piezas en el mercado mundial.
La variedad es incalculable. No se podría hablar de zafra en Cuba hoy sin considerar estos servicios: rectificación de cigüeñales, alineado y encamisado de block y bruñido de camisas para motores de combustión interna. Además, se funde un variado surtido de componentes de hierro, goma y plásticos.
Con objetivos ambiciosos, Azutecnia ofrece servicios muy variados y de calidad en el mismo corazón de los campos. Son muchas sus obras ingenieras, desde la recuperación de suelos para el cultivo de la gramínea, hasta construir conductoras con sus estaciones de bombeo. Su personal también monta y repara sistemas de riego, pero su labor no se detiene ahí.
“Trabajamos en la preparación de suelos. Cuando las áreas se liberan entramos nosotros a preparar el terreno. Después viene el sembrado, manual o con nuestras cosechadoras. Siempre tenemos trabajo”, afirma Sandoval Nodarse.
Pero no solo la industria azucarera requiere y usa sus servicios. Otras ramas de la agricultura cubana pueden solicitarlos. Implementos suyos, como las silo cosechadoras son ideales para garantizar el forraje en la ganadería. Además, han trabajado de conjunto con los gobiernos provinciales de la Isla en la reparación de los tractores de Servicios Comunales.
La asistencia a las nuevas tecnologías y climatización constituye uno de sus grandes valores. Azutecnia fabrica 34 renglones de los utilizados en las combinadas KTP-10 y CASE, sin las cuales sería casi imposible elevar los niveles productivos.
Distribuidos por todo el país hay talleres móviles, que prestan servicios técnicos a las maquinarias en los campos y en los centrales. Los ingenieros reciben adiestramiento tanto en Cuba como en el exterior sobre las nuevas tecnologías de la agroindustria.
En la actualidad, cuando el país se orienta a la modernización de la agroindustria, Azutecnia es uno de sus más importantes pilares.