Varios miles de migrantes centroamericanos rechazaron la oferta de México, que les proponía beneficios a cambio de solicitar el estatus de refugiado y quedarse en los dos estados más meridionales del país. El grupo prometió que antes del amanecer del sábado continuaría su larga marcha hacia la frontera con Estados Unidos.
El presidente Enrique Peña Nieto anunció el viernes lo que llamó el plan “Estás en tu casa”, que ofrece albergue, atención médica, escuela y empleo para los migrantes en los estados sureños de Chiapas y Oaxaca si solicitan refugio. El mandatario dijo que “este plan solamente es para quienes cumplen con las leyes mexicanas”, y es un primer paso para obtener el estatus de refugiado permanente.
Antes del anuncio, las autoridades dijeron que más de 1,700 de los migrantes habían solicitado estatus de refugiados, mientras que cientos más aceptaron viajes gratuitos en autobús para regresar a Honduras.
Pero tras una de las jornadas más largas de caminata, la mayor parte de la caravana mostró su rechazo a aceptar nada que no sea un pasaje seguro hasta la frontera en una bulliciosa votación oral.
“¡Gracias!”, gritaron en la plaza central de Arriaga pero “¡no, nos vamos para el norte!”.
Sentado al borde de la plaza, Oscar Sosa, de 58 años y natural de San Pedro Sula, Honduras, dijo que su objetivo no es seguir en México sino llegar a territorio estadounidense. “Queremos un pasaje, eso es todo”.
A la caravana aún le faltan unos 1,600 kilómetros (1.000 millas) para llegar al paso fronterizo más cercano, en McAllen, Texas, pero el recorrido podría duplicarse si los migrantes se encaminan al paso de Tijuana-San Diego, el destino al que llegó una caravana más pequeña a principios de año. En esa ocasión sólo unas 200 personas lograron su objetivo.
Este tipo de caravanas suelen celebrarse de forma regular, aunque a una escala menor, desde hace años, pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprovechó del fenómeno este año.
El Pentágono aprobó una solicitud el viernes para el envío de tropas adicionales a la frontera sur, probablemente de varios cientos, con el fin de ayudar a la Patrulla Fronteriza mientras Trump pretende aprovechar los temores hacia los inmigrantes y la caravana para convertirlos en ganancias electorales en los comicios legislativos del 6 de noviembre.
El secretario de Defensa Jim Mattis aprobó la solicitud de ayuda que le hizo el Departamento de Seguridad Nacional y autorizó al personal militar a que determine detalles como el tamaño, la composición y el costo aproximado de los emplazamientos, según un funcionario federal que habló a condición de guardar el anonimato con el fin de poder declarar sobre los planes que no han sido anunciados públicamente.
Azuzando temores acerca de la caravana y la inmigración ilegal con el fin de animar a los votantes republicanos, el presidente ha insinuado que pandilleros y “personas de Oriente Medio” están entremezclados en el grupo, aunque posteriormente reconoció que no tenía pruebas de ello.
Un coordinador de la caravana dijo que el sábado partirían de nuevo antes del amanecer rumbo a Tapanatepec, a unos 46 kilómetros (29 millas), en el estado de Oaxaca.
El gobierno de México les ha permitido a los migrantes avanzar caminando, pero no les ha proporcionado alimentos, albergues ni baños, reservándose su ayuda para los que solicitan refugio.
La policía también ha estado obligando a los migrantes que pagaron boletos de autobús a descender de ellos, haciendo valer una oscura norma de un seguro de carreteras para dificultarles viajar de esa forma.
Las autoridades también se enfocaban en grupos pequeños que intentan alcanzar a la caravana principal, deteniendo a unos 300 hondureños y guatemaltecos mientras caminaban en una carretera tras cruzar la frontera de México ilegalmente, dijo un funcionario del Instituto Nacional de Migración.
Los migrantes, que a diario ingresan ilegalmente a México, suelen viajar en camiones o autobuses de contrabandistas, o caminan de noche para evitar ser detectados. El hecho de que este grupo avance a plena luz del día deja entrever que estaba adoptando las estrategias de la caravana, que es lo suficientemente grande como para caminar abiertamente sin temor a que haya detenciones masivas.
Sin embargo, parece que ahora las autoridades migratorias detendrán a los grupos pequeños, lo que impedirá que engrosen las filas de la caravana.