El gobierno de los Estados Unidos mantuvo este jueves a Cuba, Nicaragua, Venezuela y China en su “lista negra” de países que “no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de personas”, y advirtió de problemas en países como Israel o Arabia Saudí, según el nuevo informe del Departamento de Estado.
“Este crimen es una afrenta a los derechos humanos y a la dignidad humana”, recalcó Antony Blinken, secretario de Estado, al presentar el reporte anual.
Blinken aseveró, además, que el tráfico de personas tiene “un peso desproporcionado” sobre quienes “son objeto de opresión por otras injusticias” en países en desarrollo y advirtió de que la pandemia ha “agudizado” los problemas entre los más vulnerables.
La lista, de un total de 17 países, la completan: Afganistán, Argelia, Myanmar, Comoras, Eritrea, Guinea-Bisseau, Irán, Corea del Norte, Malasia, Rusia, Sudán del Sur, Siria y Turkmenistán.
Live now! @SecBlinken delivers remarks on the release of the 2021 Trafficking in Persons Report. https://t.co/kdvntTO1h9
— Department of State (@StateDept) July 1, 2021
La inclusión en la “lista negra” sobre el tráfico de personas puede llevar a la imposición de sanciones como la congelación de la ayuda no humanitaria y no comercial para los países sancionados o la exclusión de préstamos de instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), si así lo decide el presidente de EE.UU., Joe Biden.
Sobre Cuba, el informe destacó el “patrón gubernamental de aprovecharse de los programas de exportación de trabajadores con sólidas señales de trabajos forzados, particularmente en su programa de misiones médicas al extranjero”.
Se trata de un argumento enarbolado por Washington desde el anterior gobierno de Donald Trump, que ha sido refutado reiteradamente por La Habana, que defiende el valor “humanista y solidario” de sus colaboraciones de Salud, y asegura que tales acusaciones de EE.UU. forman parte de una “campaña de descrédito y mentira” contra la cooperación médica de la Isla.
Cuba, que ha enviado decenas de brigadas sanitarias a unos 40 países durante la pandemia de la COVID-19, afirma mantener una política de “tolerancia cero” con la trata de personas, y combatirla tanto en su territorio como a nivel internacional, a través de la cooperación con organismos como la Interpol y las Naciones Unidas, según ratificó esta misma semana su representante en el Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, Suiza.
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Respecto a Nicaragua, el Departamento de Estado apuntó que el gobierno nicaragüense “continúa restando importancia a la gravedad del tráfico de personas en el país pese a los informes de la sociedad civil sobre un aumento en las víctimas en 2020”.
En el caso de Venezuela, alertó de que las “autoridades ofrecen apoyo y un ambiente permisivo para que grupos armados no estatales”, entre las que se encuentran organizaciones ilegales colombianas, “recluten y empleen niños soldado para el conflicto armado y el tráfico sexual mientras operan en territorio venezolano con impunidad”.
Y en cuanto a China, la cancillería estadounidense destacó las “atroces” acciones de Beijing contra los uigures y otras minorías musulmanas en la provincia de Xinjiang, en el oeste del país, donde, según el informe, casi un millón de personas son objeto de trabajos forzosos.
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El reporte del Departamento de Estado también señala problemas en países considerados tradicionales aliados de EE.UU.
Por ejemplo Israel, donde según el informe los esfuerzos de las autoridades para frenar el tráfico de personas “no son serios ni sostenidos”; o en Arabia Saudí, de la que señala que no respeta los “estándares mínimos de protección” para los trabajadores extranjeros, muchos de ellos víctimas de este crimen.
El Departamento de Estado estima que cerca 25 millones de personas todo el mundo sufren bajo el yugo de esta lacra.
EFE / OnCuba