Después de devastar grandes regiones de Europa central, con 23 muertos confirmados, la borrasca Boris arreció este jueves en el noreste de Italia.
El evento meteorológico extremo desbordó ríos y provocó severas inundaciones que forzaron la evacuación de miles de personas, mientras que dos están desaparecidas, de acuerdo con reportes de prensa.
En paralelo, el drama se vivía luego en zonas donde la retirada de las masas de agua ha dejado al descubierto los enormes daños causados en viviendas, infraestructuras y vehículos.
La alerta roja regía en la región italiana de Emilia Romaña, la más afectada del país, tras haber sido azotada por intensas lluvias.
En la región de las Marcas, un valle en el este italiano, varias aldeas han quedado aisladas por deslizamientos de tierra que han bloqueado las carreteras, apunta la agencia EFE.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, anunció un paquete de ayudas a los damnificados por valor de 10 000 millones de euros (más de 11.000 millones de dólares).
“Estoy aquí para asegurarles que Europa está a su lado”, dijo Von der Leyen en rueda de prensa en la ciudad de Breslavia, en el oeste de Polonia, país donde las inundaciones han causado ya siete muertos y donde, además, se temen nuevos desbordamientos fluviales.
En Europa Central
Durante la noche del jueves, el nivel del agua del río Óder a la altura de Breslavia, que normalmente es de poco más de tres metros, subió hasta 6,38 metros, según informó el alcalde de la ciudad, Jacek Sutryk, a la emisora TVN24.
La vecina Alemania ofreció enviar soldados a Polonia para ayudar en las zonas comprometidas con las inundaciones.
“Así que si ven soldados alemanes, por favor, que no cunda el pánico. Esto es ayuda. Para que no haya dudas”, alertó el primer ministro polaco, Donald Tusk, en referencia al sentimiento antigermánico aún generalizado entre la población polaca 85 años después de que la Alemania nazi invadiera el país justo en septiembre de 1939, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, el Gobierno checo confirmó este jueves que cinco personas han muerto, y otras ocho están desaparecidas debido a las riadas, y estimó que la reconstrucción de algunas localidades va a durar varios años. Unas 12 000 personas permanecen evacuadas y 37 000 hogares están sin luz.
En la vecina Eslovaquia, mientras remiten las inundaciones en el oeste del país, el nivel del Danubio sigue subiendo más al sureste, donde se espera llegue a un nivel máximo este viernes en Komarno, junto a la frontera húngara.
Las autoridades de Budapest están a la espera de la crecida del Danubio a niveles cercanos al récord de 2013, por lo que el Ayuntamiento habla ya de la “riada de la década”.
Entretanto, en la región de Baja Austria, en el este del territorio austriaco, 275 edificios seguían evacuados y una decena de localidades permanecían aisladas por las masas de agua. No obstante, las autoridades han levantado la declaración de zona catastrófica en gran parte de la región.
Factura del meteoro
Las primeras estimaciones indican que sólo el coste de las inundaciones actuales podría superar los 1 000 millones de euros, pero aún no se han calculado los costes exactos, ya que las lluvias torrenciales de la tormenta Boris siguen azotando la región.
Una estimación sugiere que la factura podría oscilar entre varios cientos de millones de euros y más de 1000 millones de euros, informó la agencia Reuters, citando las primeras estimaciones de la agencia de calificación crediticia Morningstar DBRS.
Mario De Cicco, vicepresidente de calificaciones globales de seguros y pensiones de Morningstar DBRS, dijo a Euronews Business que “según la última información disponible, las mayores pérdidas aseguradas podrían producirse posiblemente en la República Checa, uno de los países más afectados por los recientes fenómenos meteorológicos adversos”.
En Europa, las inundaciones son ya el peligro natural más costoso, consideró, por su parte, la consultora medioambiental británica JBA Risk Management.
Sólo las inundaciones fluviales cuestan 7 800 millones de euros al año y se prevé que aumenten a medida que las economías sigan creciendo en zonas de alto riesgo de inundación y el cambio climático provoque precipitaciones mayores y más intensas.
(Con información de medios internacionales)