Las Grandes Ligas quizá no fueron tomadas por sorpresa con el nuevo “paquete” de flexibilizaciones del gobierno de Barack Obama y su conexión con las negociaciones en las que están involucradas con La Habana.
“Estamos actualmente estudiando las regulaciones para determinar su impacto en la contratación de jugadores cubanos por clubes de la Major League Baseball”. El abogado principal de la MLB, Dan Halem, en su nuevo contacto con OnCuba pareció más optimista al atardecer de este martes.
Apenas había concluido una reunión en su oficina de Nueva York en la que, por supuesto, el nuevo anuncio de los Departamentos del Tesoro y de Comercio sobre importantes enmiendas a los reglamentos de las sanciones a Cuba, antes del histórico viaje del Presidente Barack Obama a la isla, fue tema obligado en las conversaciones del despacho.
Y es que entre los cambios regulatorios, uno, bajo el rótulo Pago de salarios alude especialmente al deporte.
”Se autorizará que los ciudadanos cubanos en Estados Unidos que tengan un estatus de no inmigrante o que están pendientes de otra autorización de viaje de no inmigrante ganen un salario o una compensación, en cumplimiento con los términos del visado particular, siempre y cuando su receptor no esté sujeto a ninguna valoración tributaria especial en Cuba.
“Las empresas estadounidenses estarán autorizadas a entablar transacciones relacionadas con el patrocinio o la contratación de ciudadanos cubanos para que trabajen o se desempeñen en Estados Unidos, de modo similar que lo hacen los ciudadanos de otros países, siempre y cuando no se realicen pagos adicionales al gobierno cubano en conexión con dicho patrocinio o contratación.
“Por ejemplo, los atletas, los artistas, los intérpretes y otras personas de Cuba que obtengan los visados requeridos podrán viajar a Estados Unidos y ganar salarios y estipendios que superen los gastos de subsistencia básicos. También se autorizarán las transacciones relacionadas con completar una solicitud de autorización de viaje de no inmigrante”, precisan las medidas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Office of Foreign Assets Control, OFAC) del Departamento del Tesoro y la de Industria y Seguridad (Bureau of Industry and Security, BIS) del Departamento de Comercio.
“La semana próxima nos vemos en La Habana y hablaremos”, añadió Halem quien forma parte de la delegación “ligamayorista” encabezada por el comisionado Rob Manfred, el legendario paracorto de los Yankees de Nueva York, Derek Jeter, junto a otro inolvidable del propio club, el exmanager, Joe Torre, y las estrellas cubanas de la MLB en los años 60, Luis Tiant y José Cardenal, que estarán junto a Obama en el Estadio Latinoamericano para el partido amistoso entre un equipo nacional y el Tampa Bay Rays.
Torre , en su condición de director de operaciones de la MLB, había estado en La Habana en diciembre último con una expedición latinoamericana que incluyó a jugadores cubanos de la Gran Carpa, como Jose Dariel Abreu y Yasiel Puig que habían abandonado el país antillano de forma ilegal, vía marítima, apenas dos años atrás.
Las pretensiones de crear una senda que en el futuro lleve directamente a los jugadores a las Grandes Ligas sin intermediarios que no sean cubanos y sin que el gobierno de la Isla reciba beneficios monetarios de estas transacciones, enfrentan aún un tramo de entresijos a cuatro bandas: la MLB, la Asociación de Jugadores Profesionales, y las Administraciones de Washington y La Habana. Un contexto en el que Cuba ha remarcado durante décadas los fondos multimillonarios que se han destinado para la formación de un deportista de alto rendimiento en escuelas del Estado, y como consecuencia el “contrato moral” que contrae con el pueblo frente a ambiciones individuales.
Así que las conversaciones entre las Grandes Ligas y Cuba están salpicadas igualmente de polémicos ingredientes pero cuyo fin es encontrar una vía legal para sepultar los peligros y transgresiones de las escapadas irregulares, elevar el nivel del béisbol nacional, y posibilitar que sus figuras en la Gran Carpa puedan representar a clubes cubanos y (por qué no) puedan invertir en la infraestructura deportiva del país donde se forjaron, cuando por supuesto las leyes lo permitan.
Halem, al menos, recibió este un indicio alentador de la OFAC a la propuesta en la que se supone abunde más dentro de unos días a su llegada a La Habana sobre la que ha trascendido un plan (sin confirmación oficial de detalles) que comprende una entidad mixta integrada por una especie de cuentapropistas cubanos, directivos de la MLB y del Sindicato de jugadores, sin fines de lucro, cuyos dividendos irán dirigidos a apoyar el béisbol juvenil, la educación y un remozamiento de las instalaciones en la Isla.
Una fórmula que según la representación jurídica de la MLB, respetaría los términos del embargo/bloqueo pues el gobierno cubano no percibiría ningún dinero mientras los deportistas podrían contar con permisos especiales, un asunto a primera vista pendiente de precisiones en cuanto a la intención de desmarcar al instituto de deportes de la Isla encargado de fomentar los contratos de los atletas y de canalizar el presupuesto estatal en su tradicional formación deportiva y académica.
Esperemos, pues, hasta la semana que viene.