La palabra “cabaret” se origina en Francia. Se refiere a un espectáculo donde se mezclan la música, la danza, el teatro y la comedia. Para los cubanos, además, significa gozar, alcanzar el máximo de emociones. Con una larga tradición de espectáculos de cabarets desde los años 30, en alguna época, La Habana podía competir con los grandes centros mundiales como París o Montecarlo.
Durante décadas se inauguraron por toda la isla cabarets, aunque la capital era la meca de los eventos nocturnos. Entre los más célebres: Montmartre, Tropicana, Sans Souci y los llamados cabarets “de segunda” como La Campana, el Ali Bar…
Afamados directores artísticos y coreógrafos creaban superproducciones iluminadas, con un exquisito diseño de luces y vestuarios fastuosos, engalanadas con la presentación de cantantes, bailarines, modelos cubanos, acompañados por una orquesta y también la participación de figuras internacionales como Josephine Baker, Nat King Cole, entre muchos otros.
De las anécdotas y nostalgias de mujeres que fueron parte de la magia de las noches cubanas, como Olga Navarro, Maricusa Cabrera, Mayda Limonta, Nilda Collado, Miriam Socarrás y Juana Bacallao, trata este reportaje.