Más de 3.000 licencias de operación de redes privadas de datos han sido aprobadas por el Ministerio de Comunicaciones de Cuba (MINCOM), desde que inició el proceso de solicitudes en julio pasado.
David Wong, segundo jefe de la Dirección General de Comunicaciones de la entidad, dijo que desde la entrada en vigor de las regulaciones del MINCOM con respecto a este tema, se han recibido más de 4.000 solicitudes de personas naturales, informó el diario Granma.
Las resoluciones en vigor establecen que los cubanos no necesitan autorización para usar las redes con carácter personal en el interior de sus casas, a menos que requieran de una antena exterior, lo que sí requiere una licencia oficial para conectarse con la infraestructura de la empresa estatal de telecomunicaciones Etecsa.
También es necesaria la licencia estatal para la conexión alámbrica de una red privada entre viviendas de un mismo edificio o manzana, sin atravesar la calle; mientras que para enlazar a otras manzanas se autoriza el uso de la conexión inalámbrica, “siempre que no exceda la potencia radiada de los 100 mw”.
La solicitud de licencias para redes privadas puede realizarse de dos maneras: de manera directa en las oficinas locales de la estatal Unidad Presupuestada Técnica de Control del Espacio Radioeléctrico, o de manera digital en el sitio web del MINCOM.
El funcionario informó que alrededor de esas 2.000 solicitudes se han tramitado a través de dicho sitio digital.
Hasta el momento, casi un 30% de los trámites han sido rechazados, la mayoría debido a errores cometidos por los solicitantes a la hora de llenar todos los campos del expediente, explicó Wong.
Las redes privadas en Cuba funcionaban de manera independiente antes de la entrada en vigor de las resoluciones 98 y 99 el pasado 29 de julio, que establecieron reglamentos para la utilización de ese tipo de infraestructuras informáticas.
No eran redes ilegales, sino toleradas por las autoridades debido a la ausencia de normativas que las regularan.
La norma jurídica encontró resistencia de usuarios de redes como SNET, considerada las más grande de Cuba, creada desde hace más de una década, y operativa gracias al esfuerzo propio de sus miembros.
De acuerdo con estimaciones de algunos observadores, SNET llegó a reunir más de 40.000 miembros en La Habana. Sus integrantes y administradores intentaron negociar con las autoridades para lograr su supervivencia, pero finalmente debieron adecuarse a las nuevas normativas.
A partir de ese momento, los estatales Joven Club de Computación y Electrónica fueron establecidos como “puntos a apoyo”, a cuyos servicios pueden integrarse, a través de la conexión wifi, quienes han recibido las licencias.
Sus usuarios pueden acceder a todos los servicios de estos centros estatales e integrar otros servicios, fundamentalmente videojuegos como Battlefield, World of Warcraft y Dota, muy populares en las redes privadas que existían previamente en la Isla.
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