Los “almendrones” habaneros, esos autos antiguos reconvertidos en taxis colectivos, han saltado a las noticias recientemente, por una subida tremenda de sus precios y una posterior medida gubernamental para frenar el incremento.
Hoy, que todos tenemos una opinión legítima sobre el asunto y que casi todos aplaudimos que de alguna manera las instituciones correspondientes hayan tomado cartas en el asunto para defender a los consumidores, es más claro que nunca –¡que vivan las crisis!– lo necesario de regular esta actividad. Por eso, después de una decisión del gobierno que llevaba años siendo rumiada, les propongo mirar un poquito más allá de la coyuntura. Montémonos pues en el gran almendrón del transporte.
Lamentablemente nuestro sistema de información estadística no nos dice cuántos ómnibus tenemos en funcionamiento, ni en total, ni en los diferentes tipos de servicios (urbano, interprovincial…) pero –¡eureka!– sí nos dice cuántos viajes se han hecho.
En 2000 se realizaron 2 millones 681,4 viajes por el servicio urbano de ómnibus. En 2005 fueron 2 millones 257,7 mientras que en 2010 subieron a 3 millones 690,6, en 2014 fueron 5 millones 509.5 y en 2015 solo 4 millones 282,2 o sea, el 77 por ciento del año anterior. En general podemos hablar de una recuperación en la cantidad de viajes en el lapso de quince años. Sin embargo, es evidente que la oferta queda aún muy lejos de la demanda, con solo mirar las aglomeraciones en las paradas y lo llenos que viajan los ómnibus en funcionamiento.
Algunos datos más nos pueden ayudar a comprender la magnitud del problema.
En 1985 el sistema de transporte público estatal transportó la cantidad de 2 185 millones de pasajeros en ómnibus urbanos, en 1990 ese mismo sistema transportó 1 649,5 millones para caer en 1995 hasta los 285,1 millones, 288,2 millones en el 2000, 260,9 millones en 2005 y subir otro poco en el 2010 hasta los 450,8 y en el 2014, llegar a 520,9 millones de pasajeros.
Por mucho que haya subido, en 2014 apenas se transportó por el sistema público una cuarta parte de lo que se llegó a transportar en 1985.
Ese espacio (déficit de oferta) que el deterioro del servicio gestionado por el Estado dejó abierto, fue ocupado por lo que en nuestro anuario estadístico se denominan “medios alternativos”; o sea, coches de tracción animal, bicitaxis, camiones y autos privados. En el año 2000 esos medios transportaron 190,7 millones de personas, en 2005, 549,5 millones, 642,3 millones en 2010 y 684,9 millones en 2015. El crecimiento de esta forma alternativa ha sido del 350 por ciento en quince años.
Si nos fijamos en la estructura de esa transportación; o sea, en los por cientos del total de pasajeros que son transportados por el servicio estatal y por los medios alternativos, tenemos que, si para 1990 el por ciento de los movidos por no estatales era de 0, en 2000 los proveedores alternativos movieron al 34 por ciento de las personas y en 2015 alcanzaron el 77 por ciento de los transportados por ómnibus. ¿Es realmente complementaria la transportación alternativa si casi iguala a la cantidad de viajeros movidos por el sistema estatal?
Varias lecturas pueden hacerse de estos datos que están en los Anuarios Estadísticos de la ONEI:
1- Ha ocurrido un profundo proceso de deterioro de la capacidad de transportación de pasajeros del servicio público, que en 2015 apenas alcanzó el 31 por ciento de los valores registrados en 1990. Dicho de otra manera: nunca nos hemos recuperado en este sector desde la crisis post-derrumbe soviético.
2- A pesar del deterioro, el servicio público transportó 180 por ciento más de viajeros en 2015 que en año 2000. Sin embargo, esa recuperación no es suficiente y el servicio de transporte constituye hoy uno de los factores que tiene más impacto negativo en el “bienestar percibido” por los cubanos.
3- La capacidad de respuesta a la demanda insatisfecha ha sido mayor en los medios alternativos (privados y cooperativos) que en el sector estatal, lo que se demuestra en ese dependencia creciente que el pasajero cubano tiene hoy de esos medios.
4- Esa elevada dependencia, sin duda, obligaba hace ya mucho tiempo a la regulación efectiva y sobre bases reales del sector. Cuando digo sobre bases reales quiero decir que no se puede asumir que los choferes de los almendrones compran el petróleo en las gasolineras de CUPET, a los precios oficiales. A precio CUPET y al cambio de 24 pesos MN por 1 CUC, es poco probable que se puedan conservar las tarifas “históricas” para los diferentes trayectos.
5- A los actuales ritmos de “recuperación” del servicio público, nuestros nietos, cuando cumplan 20 años, estarán padeciendo los mismos problemas que nosotros y eso es algo bastante alejado de la prosperidad que queremos alcanzar.
Hay, sin embargo, otros asuntos en los cuales pensar, quizás más estratégicos. El deterioro del servicio público de transportación urbano por ómnibus, no solo es cuantitativo: es, sobre todo, cualitativo.
El crecimiento del papel de los medios alternativos significa ante todo un camino hacia atrás: es depender cada día más de carretones de caballo, muy románticos para un paseo turístico, pero nada agradables si se tiene que cubrir sobre ellos los trayectos hacia el trabajo y la casa cada día. Es también depender de bicitaxis, muy ecológicos y apropiados para evitar la congestión del tráfico en grandes centros urbanos, pero poco eficientes en la cantidad de pasajeros y prácticamente inhumanos para sus conductores cuando tienen que enfrentarse a grandes lomas y el intenso sol del Caribe.
Es depender además de nuestros famosos “almendrones”, todos contaminantes, todos con “innovaciones tecnológicas” que dan poca seguridad a los pasajeros, todos –“por suerte”– con su certificado de haber pasado la revisión técnica (o Somatón) aunque se queden boquiabiertos los ingenieros de Toyota, Hyundai, Mercedes Benz y hasta las mismísimas compañías Ford o Chevrolet.
El segundo asunto, también evidente, es que la capital del país y las capitales de provincia necesitan un sistema de transporte público (gestionado por el Estado o por una cooperativa, o por ambos y algo más mixto) que garantice regularidad en el servicio. Hoy se llega a la parada a ciegas, se permanece en ellas como un náufrago a la deriva y si tenemos la paciencia adecuada y la agilidad suficiente logramos montarnos en una guagua. Es toda una aventura de la cual usted puede salirse si toma el riesgo de un “almendrón” y se somete a su “agradable” olor a petróleo y a la aventura de un posible desarme en movimiento. Es definitivamente un evento que deja pequeña la imaginación.
Por eso digo que el problema en Cuba no solo es que funcionen pocas guaguas, es que además nunca se sabe cuándo va a pasar la siguiente. ¿Será tan difícil lograrlo?
Obviamente, ciudades tan densamente pobladas como la capital necesitan un sistema de transporte que combine varios tipos de medios. Una vez, hace ya muchos años, soñamos con tener un Metro. La ilusión duró poco. Treinta años después estamos en la disyuntiva de modernizar el sistema de transportación urbana, algo que se dice fácil pero que seguro será de las tareas más complejas en el futuro cercano. ¿Podemos aspirar a tener, quizás no un metro, pero sí un sistema de trenes ligeros que nos hagan más fácil movernos de una a otro parte en nuestra ciudad?
También es obvio que con los precios que se pagan hoy por montarse en un ómnibus resulta muy difícil mantener en operación el sistema. Los precios de un servicio público siempre son un asunto sensible, con implicaciones sociales y políticas. Con 40 centavos de peso cubano por pasajero no se cubren los costos de operación, ni las necesidades de modernización del sistema de ómnibus urbanos. Pero para los cubanos que ganan en torno al salario promedio, pagar más es una carga significativa a sus menguados ingresos.
Queremos ser un país que compita con el resto, tenemos una estrategia de expansión del turismo que apuesta por más de 4 millones de visitantes en algún momento antes de 2030, pero los turistas cada vez más quieren conocer la Cuba interior, “real”, y vivir menos el encierro de los hoteles. Para eso hace falta un buen sistema de transporte, desde aviones que no tenemos y que hacen que un viaje nacional sea casi una aventura de Harry Potter, hasta bicitiaxis de paseo, no de sustento en la transportación. Lo que sí no podemos pensar es que serán los coches de caballo, los almendrones y los bicitaxis los protagonistas de una pelea cubana por la movilidad.
El precio fue el detonante de la medida gubernamental reciente, pero las verdaderas causas están más allá de los precios.
Nuestros articulistas tienen algun problema al titular sus trabajos ? Por que tantas veces un articulo sobre los precios de los Almendrones termina siendo una diatriba muy argumentada contra el transporte publico. No discrepo lo dicho sobre este ultimo solo que lo que lei no es lo que el titular me indicaba. Porque motivo no se va realmente un poco mas alla y al analizar el problema de los precios de los almendrones no se buscan estadisticas de cuantos ejercen realmente como taxistas y cuantos tienen sub-rentados varios vehiculos a sus ´´ ayudantes´´, en muchos casos con varios turnos. Obtienen los combustibles y lubricantes en el mercado negro lo que equivale a decir delinquiendo, las reparaciones de los mismos son las indispensables para que el almendron camine y asi etc etc. En realidad yo quisiera leer en esta paginas algo diferente.
Queremos, queremos, queremos… y no es queriendo que se logran las cosas.
Muy acuerdo con esa medida sobre los almendrones,así también debería actuar el gobierno en los productos del agro,en las Trd también como no,esos mismos q aumentaron tan descaradamente el precio d los pasajes d los almendrones ,son los q reciben también los servicios de salud y educación gratuitos ,tengan o no la calidad óptima, porque ese abuso con el pueblo d a pie,esa es una forma d torpedear el sistema de una forma sutil.
YO CREO es la emnra de nuestros periodistas de hablar de un tema sin que los censuren!!! Muy bueno el articulo. Al parecer todos ven nuestros problemas. Pero no hay dios que haga mejorar la situacion real!!!
Desde el Paradero de Playa hasta la Habana son 20 o 25 pesos, Cubadebate que arregle la infografía jejej
Excelente, todo lo dicho, ahora pongamonos analizar, el costo de los almendrones, desde el combustible, que el mismo gobierno sabe que los dueños de los almendrones adquieren del mercado negro, es económicamente imposible trabajar para esos almendrones comprar en cuc el combustible, las piezas y acsesorios que se necesitan para hacer caminar esos autos que en cualquier pais estuvieran descontinuados. Solamente la declaracón de crisis económca que se avecina, echa por las autoridades del gobierno Cubano y el recorte de combustible estatal( verdadera fuente energetica de esos almendrones) desató el nuevo conflicto de intereses. La solución ????? Creo que no es radicalizar la situacón a través de medidas punitivas, sino el dialogo, mire señores dueño de Almendrones nuestro gobierno facilitará para ustedes, combustibles, piezas de respuestos y trabajaremos unidos para mejorar la situacón del transporte que actualmente esta agudidaza por que simplemente hay mas personas en las calles( periodo vacacional). Solamente una idea, habrá otras también seguro estoy…
Desconozco la procedencia de los datos que se muestran en la figura de la tabla Tarifas congeladas que se muestra aquí, pero tiene unas cuantas inconsistencias y huecos de información, si la fuente es CubaDebate pues debió decírsele.
El tema de con qué combustible se movían los almendrones es bastante viejo y un secreto a voces, no es solo combustible robado sino combustible asignado por exceso a funcionarios y empresas estatales que lo revendían. Algo que pudo haberse solucionado desde hace tiempo obligando a que para tener licencia había que comprar el combustible al estado (por supuesto que entonces a un precio que los hiciera competitivos y no al precio minorista actual). ¿Por qué eso no se implementó (estando el sistema de tarjetas magnéticas dentro de los pocos que podía ser digitalemente controlado) y se dejó correr? Saque usted sus propias conclusiones.
¿Por qué el exceso (y poco natural) de saludos afectivos entra algunos choferes de almendrones y algunos agentes de la policía? Saque también sus propias conclusiones.
Ah Triana, la inseguridad de las modificaciones realizadas a algunos almendrones no es solo peligro para los pasajeros sino para otros vehículos y peatones. Yo mismo fui víctima de un almendrón, conducido por un muy joven chofer (¿quién le dio el permiso?) no propietario y no habanero que no tuvo la capacidad de frenar ante la infracción que cometió y resulta que mientras yo estaba en observación hospitalizado, mi carro espachurrado por la puerta del chofer, chofer, policía, seguro y algunos “testigos” decidieron que yo era el culplable !!
Profe por favor no me vaya usted a decir que el boteo en cuba esta desregulado porque usted es un hombre inteligente: mercado de autos nuevos prácticamente inexistente por obra y gracia de las regulaciones, mercado de segunda (más bien endecagesimocuarta) muy limitado por falta de recambio otra vez regulaciones mediante, gastos brutales en combustibles, piezas y mano de obra ,una vez más regulaciones. Pongan los impuestos y demás y ya les digo de desregulado nada. El problema es que en el país existe una dinámica de incentivos negativos que favorece la corrupción y lo cierto es que si los boteros se ven obligados a ir al cupet a ´´abrevar´´ el carro no puede mantener la tarifa de 10 o 15 pesos. Seguimos viviendo en dos países el real y el de la chambelona ¿quién ignora que la flota privada de transporte se mueve con el combustible desviado que tenía un precio de entre 10 y 15 pesos el litro? Al margen qué esta práctica está mal y tiene un montón de otras implicaciones , el hecho es que el precio de la principal materia prima de estos boteros se ha casi que duplicado a lo que hay que sumar la falta de suministro , por otra parte los sobornos a los inspectores y guardias y las tarifas astronómicas de los mecánicos y las piezas no cambian por no hablar de los impuestos lo cierto es que si no suben precios se desploma su margen de utilidad. La inmensa mayoría de ellos tienen que pagar un alquiler que ronda los 20 cuc diarios con autos que se rompen un día si y otro también y pa colmo ahora pagar un combustible más caro, si, hasta ahora dio negocio, pero con el petróleo a 20 pesos tendrán que trabajar el doble para alcanzar la misma ganancia que antes y métanse en la mollera que muchos de estos choferes ya trabajan como unos mulos un montón de horas. Yo se que la cosa esta mala y que el salario esta en llamas pero por eso mismo no comprendo cómo la gente no puede ver que el botero no va a trabajar por 600 pesos al mes sencillamente, hasta ahora la tarifa les permitía un nivel de vida mejor pero no precisamente de millonarios (con sus excepciones claro) no creo la mayoría vayan a renunciar a ello ahora. Lo que va a pasar es lo lógico los que tengan carros propios, menos destartalados y más eficientes energéticamente pues seguirán dando el servicio a 10 pero con rutas más cortas , los que no pues parquearan el carro y al final nos fastidiamos todos.
Soy cienfueguero y vivo en Cienfuegos. Ayer en la tarde un amigo me llamó porque estaba botado en La Habana sin tener nada en qué venir para acá y necesitaba que le gestionara un carro que lo fuera a buscar. Por lo general eso no es difícil: simplemente usted va a la terminal de ómnibus, “cuadra” con un botero que esté a punto de salir para allá con pasaje para que recoja al hombre al regreso y así ya tiene asegurado el pasaje de vuelta.
Cuando hablo con el “buquenque” me dijo:
– Asere, hoy esto está en candela. Tú sabes que le fueron arriba a los boteros y le están pidiendo el papel del combustible. Los únicos carros que he mandado pa La Habana son carros habaneros que de todos modos iban pa allá, pero los de aquí no se han querido mover. Si te mando un carro pa allá expresamente a buscar al socio tuyo, le va a costar no menos de 80 CUC.
En fin, que el amigo no podía costear los 80 CUC que sobrepasan los acostumbrados 60 CUC del alquiler hacia o desde la capital. ¿Quién es el principal afectado con la medida? ¿El botero? ¡Ná!
Es cierto que se está obteniendo el combustible por “vías alternativas”, pero al final aunque “corrupto”, el sistema funcionaba. Rodaban los boteros y los carros estatales tampoco paraban de rodar.
No quiero justificar el desbarajuste, pero al final está demostrado que el Estado es totalmente incapaz de resolver el problema del transporte y del combustible. Como era de esperar, se ha limitado a ejercer la única capacidad que ostenta, que es la de restringir, porque eso de gestionar no se le da.
Muy buen artículo y para no olvidar el engendro de los almendrones les recomiendo este también: https://desbordandonos.wordpress.com/2016/06/06/regresando-4/
Buenas
Veo siempre todos las regulaciones de precio a particulares nunca he conocido la estabilidad en el mercado estatal cubano en los renglones de primer orden al contrario todos pasados a las tiendas en divisa y nadie comentó el tema o también no es un apeovechamineto a las necesidades de la población porque dl gobierno no es capaz de pagar lo que producen las personas porque y porque y no terminaría. Al final son ineficientes en todos los sectores de que hablamos si el sistema está diseñado para vivir de él los que tengan acseso y los que que hacen o donde han sido los mayores actos de desvío y lucro a qué nivel al dueño de una tarjeta de combustible o el que maneja un almendron no que va todos son víctima de mayores lucros
Buen articulo. Gracias a Triana. EL negocio de los almendrones es un negocio como cualquier otro. Si no fuese sumamente rentable no existiera. Ellos no trabajan por amor al prójimo, sino para hacer dinero. Los dueños de estos tarecos saben muy bien sacar cuentas y las cuentas le dan suficientes ganancias. Todo lo tienen muy bien Pero aún así ganan mucho más que un asalariado estatal. Pagando el combustible de manera legal la ganancia es la mitad. Y lógicamente, no les conviene. El combustible que compran ilegalmente ha duplicado su precio al disminuir las asignaciones a los carros estatales. Lo que sí no puede permitirse es que los que prestan este servicio le pasen la factura a los pasajeros. Si el pais está en problemas, si hay dificultades económicas o lo que sea, NO puede ser el hueso para la mayoría y el Jamón para unos pocos aprovechados. A fastidiarse todos. Que los boteros ganen un poco menos si quieren seguir manteniendo el servicio. O que salgan de circulación definitivamente. Hay millones de gente trabajando en cosas muy necesarias que ganan mucho menos que un botero. El haber permitido estas “licencias” a vehículos obsoletos, en pésimo estado técnico, asesinos del medio ambiente, casi todos manejados NO por sus dueños, verdaderos engendros rodantes y sin controlar la procedencia del combustible, ha sido un disparate y un acomodamiento más del gobierno para paliar la aguda escasez de transporte público que deberían priorizar y atender, mucho más en un pais donde no se importan carros a particulares hace casi 60 años. . Es mucho más inteligente comprar microbuses u ominibus y arrendarlos a cooperativas a precios regulados con petróleo asignado por tarjeta magnética. Pero en cualquier caso, es correcta la acción de limitar los precios del pasaje. Un grupo de personas, sean taxistas, vendeores de alimentos u otros negociantes no pueden explotar descaradamente a la gran mayaoria de la gente.
Faltan algunas tarifas, hablo de las de la Lisa: Lisa-Bauta, Lisa-Punta Brava, Lisa-Habana, Lisa-Ceguera
incluso faltan las tarifas de la ceguera: Ceguera-Coppelia ya sea por 31 o 41, Ceguera-Habana,…creo que es incompleto el estudio, hay otras tarifas un poco risibles de tramos “ocasionales” que no se han considerado las cuales increiblemente estan muy bien establecidas, revísese mejor como se comporta La Habana entera, todos los municipios
Siempre la soga revienta por lo mas débil en vez de poner tope a los dueños de carros lo que se debió hacer fue poner transporte publico suficiente para la población a precios bien baratos pero no fue así y ahora viene el caos tal como paso con los productos agropecuarios en fin otra medida que al final quien sufre es el pueblo trabajador.
De acuerdo con todos los comentarios, de alguna manera todos tienen razon en sus exposiciones; solo los quiero dejar con algo. que prefieren: tener el dinero y no tener la opcion de moverte o tener la opcion de moverte y si tienes dinero te mueves, sino buscas soluciones alternativas. es sencillo amigos, no sigan queriendo que le quiten al vecino porque tu no tienes, trata de hacer tu, para que tengas y asi mientras todos estamos tratando de hacer, vamos a avanzar mas. a trabajar, a innovar, a producir, creanlo o no, ese almendron, ese botero, estan produciendo y tu que estas haciendo? que esperas?
Leo : que romantic eres !!!!Sonando con lo imposible y no adaptandote a lo que esta resolviendo el problema….Deben dejarlos tranquilos y la demanda y oferte los regular poco a poco….no todos tenen 20.00 pesos,no creen ? El Estado hoy,no tiene ni para comprar carriolas,por favor !!!En cuanto a el amor por el dinero,no solo eso ocurre en los choferes de almendrones,digale a un medico adonde quiere ir de mission : a Puerto Padre o a la selva del Orinoco….sabe la respuesta ?? Yo si la se !!!!!
rod: y quien no sabe los dirigentes que Mandan sus carros oficilales con sus choferes en viajes imaginarios para recoger pasaje y cobrar ??? Vamos,juguemos limpio si vamos a jugar !!!
Porque esas medidas o las que tengan que hacer solo es para la Habana, en Varadero, no se pueden utilizar, no los boteros, ni los coches, ni los ¨ómnibus¨, los dos primeros casi solo al alcance de los turistas extranjeros y el último dan vergüenza los 3 que hay, esos artefacto rodante, tanto ómnibus que dejan de funcionar para el turismo extranjero y no lo utilizan para la población, ya sean turistas o no, y no me refiero solo a los ¨extranjeros¨, de estos también los hay cubanos de a pie que vienen a esta playa y los BOTEROS LES COBRAN COMO SI FUERAN DEL EXTRANJERO. Todas esas medidas deben revisarse en Cuba y hacerse lo que sea necesario, para todos y por el bien de todo.
Considero que es justo que el Estado haya tomado carta en este tema tan sensible para la población pues siempre se desarrollan con el objetivo de proteger a la mayor parte de la población que somos quienes a diario nos transportamos de un lugar a otro, es justo reconocer en alguna medida el trabajo de inspección estatal de conjunto con patrulla en sl chequeo a los choferes de los almendrones con relación al precio, aunque es necesaario que de manera inusual de igual forma lo realicen en horarios nocturnos, pues a pesar de estas medidas existen choferes que continuan con altos precios sobre todo en la noche y la madrugada, seria bueno darle un susto a estas personas inescrupulosas que se mantienen aprovechando de la población. Además considero sería oportuno revisar que esta pasando en el resto del país. Gracias.
La jugada estatal con los almendrones es simplemente genial. Apareció (al fin) un culpable del problema del transporte de la Habana, y nuestro estado (el gran vigilante de los derechos del pueblo) arrecia contra esos “malvados”. Las personas encuentran algo sobre lo cual verter su ira y tienen hasta teléfonos y todo para denunciarlos y empieza de esa manera el ciclo donde nosotros mismos nos matamos. La pregunta real es: ¿Cuándo esta ciudad tendrá un sistema de transporte público medianamente eficiente? …si la cuestión es detener a los malvados boteros, haga una contrapartida que los saque del mercado, pero no, que vá, hay que dejar que nos matemos entre nosotros, combatiendo a los inescrupulosos pero sin exigir las verdaderas respuestas. Por cierto, un dato estadístico: En esta ciudad el transporte público SIEMPRE ha estado en malas condiciones, léase mas de 55 años (yo los he vivido) en esta historia y realmente estamos peor que nunca, esta es la misma película de siempre y ya yo la he visto tanto que me la sé de memoria. Lo genial radica en que este mismo esquema se aplica a los vendedores del agro y funciona también de maravillas …¿pero no habíamos dicho bien claro que eso era oferta y demanda? ¿Compramos pescado y le cogimos miedo a los ojos? .
El próximo paso es que los factores del gobierno junto con las organizaciones políticas y de masas elaborarán un plan que se llamará: PLAN DE RECUPERACIÓN DEL TRANSPORTE URBANO, (¿no les suena conocido?) sacarán 3 guaguas más durante 1 mes, el noticiero entrevistará al pueblo que mostrará su júbilo ante las medidas adoptadas y … en 3 meses todo vuelve a lo mismo. Todos sabemos que es así
Mas que regular el mercado de los pasajes, el gobierno debería ofrecer una solución efectiva al problema que ellos mismos han creado.
Que tal si no le aplicaran una tarifa tan excesiva al precio minorista del combustible, que tal si vendieran los autos y las motos a precio real y no la falacia que ofrecen las agencias como PEUGEOT, por cuanto, contribuye significativamente a la especulación en el mercado entre particulares, que tal si se tratara de concretar el negocio con la GMC norteamericana, con el correspondiete abaratamiento de costos de todo tipo; si dejaran importar autos y motos a las personas naturales, entre otras muchas soluciones encamidas a aumentar la capacidad de transporte para que el precio del mismo se regule por si solo.
También está los factores indirectos que inciden directamente en el precio del pasaje, como el deficiente poder adquisitivo del salario, incapacidad gubernamental para garantizar un sistema de transporte colectivo efectivo y el principal de todos:
Inexistente voluntad política por parte de los gobernantes de traer la prosperidad a los cubanos o para Cuba.