Quizás algún fanático del fútbol nacional sueñe con gritar “¡¡¡Cuba Cuba!!!” en una Copa del Mundo, pero cada fracaso y decepción nos devuelve siempre a la realidad; todo parece indicar que si deseamos disfrutar con la selección cubana en el máximo torneo futbolístico, lo más sencillo será mudarse a un universo paralelo.
Si miramos de manera retrospectiva la historia del balompié en el archipiélago, desde aquella única participación en Francia 1938, Cuba lo más cerca que ha estado de colarse en las lides mundialistas fue durante la clasificación para España 1982 cuando se quedaron a dos puntos de conseguir el boleto; pero de ahí en adelante, la Copa del Mundo se ha alejado tanto que parece un punto más en la difusa línea del horizonte.
Si realizamos una breve cronología de los torneos clasificatorios para Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, veremos que la historia del fútbol cubano es espiral que nunca acaba. Entre tantos problemas que padece la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC), uno de los más graves es la incapacidad o imposibilidad de coordinar amistosos, incluso en las jornadas seleccionadas por la FIFA para, sorpresa, jugar amistosos. Sin embargo, las giras para enfrentar a clubes de tercera y cuarta división de Noruega o Alemania parecen más asequibles.
Hubo tiempos mejores como al inicio del mileno, cuando bajo la égida de Company la selección nacional enfrentó a varias de sus rivales en la CONCACAF. Tal vez la AFC no comprende la importancia del roce internacional, más cuando todos sus jugadores se cocinan en su propia salsa en un torneo donde las deficiencias superan con creces los cien años que está por cumplir.
Al tema. El nuevo milenio comenzó con otra eliminación y la contratación de un técnico extranjero. Después de caer en la primera fase para clasificar a la Copa del Mundo del 2002 frente a Canadá (0-1 en La Habana y resultado gafas en Winnipeg), la AFC coloca al peruano Miguel Company como director técnico de la selección. ¿Quién era aquel señor? Su carrera como futbolista no fue muy destacada, pero en los banquillos la historia era distinta. Dirigió a Perú en las ediciones de 1991 y 1995 de la Copa América y estuvo al frente de Honduras entre 1997 y 1998. A fines de 2000, llega a Cuba para cumplir un viejo sueño, “trabajar por la Revolución”.
Con él Cuba venció por primera vez a Trinidad y Tobago en una competición oficial (1-3) y durante su estancia en el banquillo, la selección disputó un gran número de amistosos; se clasificaron para la Copa de Oro del 2002 y 2003, torneo donde solo habían participado en 1998; en la segunda de estas llegaron a cuartos de final gracias a una victoria sobre Canadá con par de dianas de Lester Moré; después sufrieron una manita de Estados Unidos con cuatro goles de Donovan, un sopapo para devolverlos a la realidad.
La última aventura del peruano fue la fase clasificatoria para Alemania 2006, un sueño que no parecía tan descabellado. Sin embargo, Cuba tuvo la desdicha de cruzarse con Costa Rica y quedaron eliminados debido a los goles anotados en campo visitante, pues los encuentros se saldaron con par de empates: 2-2 en La Habana y 1-1 en Alajuela. Los cubanos pusieron contra las cuerdas a los ticos y la labor de Company se hizo patente, pero ahí concluyó todo. Era ilógico pensar que en un ciclo de cuatro años se iban a solucionar los problemas, quizás debió seguir al frente. En el siguiente encuentro, ante Martinica, Armenio Luis estaba en el banquillo.
Las aguas tomaron su rumbo, pero el impulso proporcionado por el peruano permitió una nueva clasificación para la Copa de Oro 2005. En el partido inaugural se enfrentan a los Estados Unidos. Moré adelanta a los suyos y Dempsey pone las tablas a punto de finalizar la primera parte. Así se mantuvo el juego hasta el minuto 87 cuando el estelar Donovan rompió la paridad; con ese gol, la selección se derrumbó y el encuentro terminó 4-1.
Algo parecido pasó frente a Costa Rica en la siguiente salida: llegaron empatados a un gol al minuto ochenta y permitieron par de dianas. La desconcentración, la falta de físico y la poca experiencia pasaron factura al seleccionado. En el último encuentro caen 2-1 ante Canadá y se quedan sin los cuartos de final. Una vez más, las carencias de Cuba no lograban limarse y a nadie parecía preocuparle.
Con el nuevo fracaso, llega otro D.T. Raúl González Triana toma las riendas de la selección y logra un tercer puesto en la Copa Caribe Digicel del 2007. En todo este período, con los constantes cambios, no se crea una base ni un plan en vista de las eliminatorias mundialistas para Sudáfrica. Cuba cambia de técnico como si se tratase del Real Madrid en busca de resultados mágicos sin perspectivas de futuro.
Así llegaron a la Copa de Oro de 2007 (cuarta de manera consecutiva), donde fueron de más a menos. Cayeron 1-2 ante México a pesar de haber comenzado por delante, empataron a dos frente a Panamá y cayeron goleados 0-5 ante Honduras. Durante el torneo desertaron Lester Moré y Osvaldo Alonso, este último uno de los pilares del equipo y a quien Jurguen Klinsmann intentó convocar en 2013 para que jugase con Estados Unidos.
En ese momento alguien pensó que la solución sería un director técnico extranjero, y contrataron al alemán Reinhold Fanz, quien había dirigido en categorías inferiores de Alemania con relativo éxito. Cerca de dos años tenía para preparar a la selección; intentó cambiar el estilo de juego en muy poco tiempo y relegó a algunas de las estrellas a un segundo plano.
Cuba pasó a la segunda fase de las eliminatorias mundialistas de Sudáfrica tras derrotar a Antigua y Barbuda, pero la debacle llegó en la tercera ronda, cuando fueron emparejados en el Grupo junto a Estados Unidos, Guatemala y Trinidad y Tobago. Tras la goleada sufrida en tierras norteñas (6-1), cuarta derrota al hilo, la AFC despide a Fanz y le devuelve el mando a Triana. El resultado es alentador: Cuba obtiene su primera (y única) victoria frente a Guatemala con marcador de 2-1, para luego caer en el último partido 3-0 ante Trinidad y Tobago. Otro fiasco que devolvía a la realidad a los fanáticos cubanos.
Ese mismo año en la Copa Caribe Digicel caen par de veces en la tanda de penales, la primera ante Granada en semis y luego frente a Guadalupe por el tercer puesto. ¿Falta de concentración? ¿Inexperiencia? ¿Mala suerte? Un poco de todo. Después de esa segunda derrota, el 14 de diciembre de 2008, la selección nacional cae en el limbo y no juega ningún encuentro hasta el 26 de octubre de 2010, en ciudad Panamá, donde derrotaron a los locales 0-3. Casi dos años sin enfrentar a ningún rival de manera oficial. ¿El motivo? Quizás la deserción masiva que sufrió la selección en el Preolímpico de CONCACAF en el 2008, cuando siete jugadores y un preparador físico abandonaron a los suyos.
Una vez más, en dos años, a prepararse para el próximo mundial. ¿Cuáles fueron los frutos recogidos en ese período? Un nuevo tercer lugar en la Copa Caribe Digicel, una serie de amistosos irregulares y otro desastre en la Copa de Oro 2011 (16 goles recibidos y una sola anotación), todo un preludio maravilloso para Brasil 2014. A pesar de las escandalosas goleadas recibidas, Cuba era la sexta selección mejor ubicada en el Ranking de la FIFA, por delante de Panamá, El Salvador, Canadá y Trinidad y Tobago, por lo que quedó Bye hasta la tercera ronda. Tras el sorteo, fue emparejada junto a Honduras, Panamá y Canadá. De 18 puntos posibles, solo consiguieron uno, al empatar en el último partido frente a Panamá, donde además anotaron el único gol de todo el certamen. Por suerte, dos de esos equipos eran inferiores según el Ranking.
Lo mejor de todo es que justo al finalizar tan penosa actuación, lograron coronarse campeones de la Copa Caribe Digicel 2012 por primera vez en la historia, al derrotar en la final, en la prórroga, a Trinidad y Tobago. Eso parecería un buen augurio, una señal para afrontar un nuevo ciclo con optimismo, pero la Copa de Oro del 2013 fue una nueva cachetada. Primer partido: derrota 3-0 ante Costa Rica. Segundo Partido: 4-1 frente a Estados Unidos. En el tercer partido golean 4-0 a Belice y se clasifican como uno de los mejores terceros. Cuarto partido: 6-1 ante Panamá. Unos cuartos de final tan falsos como las expectativas mundialistas.
Los motivos por los cuales el fútbol cubano no avanza se han repetido hasta la saciedad. La mala gestión del campeonato nacional, la imposibilidad de los futbolistas cubanos de jugar en el extranjero, la deserción constante de jugadores, póngalos en el orden que usted desee. La clasificación por primera vez para la Copa Sub-20 mostró una realidad: el talento existe, pero debe ser pulido. Que nadie piense que esa generación mostrará a una nueva Cuba en el fútbol. Los cambios en el balompié deberán ser drásticos o seguiremos sin asomarnos a una Copa del Mundo.
Cuba tiene q crear clubes profesionales donde se incentive a atleta y al ser humano, q solo de pan no vive el hombre!