“Tú me dirás que no, pero el bolsillo y el estómago son los órganos más sensibles del cuerpo humano. Así que esto de los precios topados me conviene, porque entre el bolsillo que no alcanzaba y el estómago que me apura, tenía el cerebro hecho picadillo. Y mira, todavía estamos “bloquea’os”.
Así me dijo mi amigo Goyo, con su sonrisa, la que nunca se le ha acabado, más grande que lo que normalmente es.
¡Qué paradoja! Este año 2016, en que la economía, se ha previsto, solo crecerá un dos por ciento, será un año bien recordado por la mayoría de la población cubana, en especial por aquellos cuyos ingresos están por debajo del salario promedio o apenas por encima de ese nivel. ¡Qué contraste con aquellos años de crecimientos de 10 y 12,5 por ciento en los que yo tenía que deshacerme en explicaciones sobre por qué el crecimiento no se veía en la mesa ni se sentía en el bolsillo!
¿Me preguntará alguien al final del año cuánto crecimos? ¿Cómo es posible, creciendo menos, reducir precios en el mercado si supuestamente habrá menos producción? ¿Cuánta inversión extranjera más tenemos hoy que pudimos hacer esto? ¿Tendremos una tasa de crecimiento de dos dígitos en la agricultura este año que nos permitirá sostener la oferta para esos precios topados en las tarimas de los agromercados?
Que la sonrisa de mi amigo Goyo se mantenga en el tiempo, que la prosperidad que ha percibido de pronto sea sostenible mañana, es el verdadero reto.
La punta del iceberg: los precios
Los precios son, para usar algún símil, como la punta de un iceberg. Se nos aparecen de pronto, surgidos casi de la nada, despersonalizados casi siempre y aparentemente con independencia propia. Surgieron para hacer más fácil la vida (facilitan el comercio con un lenguaje común). Sin embargo, nos hemos convertido, querámoslo o no, en sus siervos.
Son como un sistema de señales: si funcionan mal, pagaremos por ello, aun cuando sean bajos. Porque los precios no salen de la nada. Los costos en que se incurre cuando se produce un bien o un servicio es uno de sus principales componentes. Si los precios no cubren los costos, entonces habrá problemas.
Si son demasiado bajos y no permiten generar incentivos en los productores, entonces se produce una reducción drástica de la producción y posiblemente de la oferta, excepto que existan recursos para cubrir el déficit con importaciones (¿tenemos esos recursos?). En cambio, si los precios son demasiado altos, pues entonces además de dificultar la realización de lo que se produce, pueden generar tensiones políticas y sociales también.
Por eso tener una buena contabilidad de los costos es indispensable y saber cuál puede ser su posible evolución es un recurso estratégico. Hay que mirar primero los costos de la producción agrícola y luego los de toda la cadena que va desde el surco hasta el mostrador, para apreciar si los precios están excedidos o ajustados a la circunstancia. Esa supervisión del estado de las cosas es un mecanismo de formación de precios esencial.
Si el precio de los insumos que el agricultor cubano tiene que pagar sube, entonces sus costos suben y el precio del producto a la salida de campo también. ¿Se han incrementado esos precios en estos años? Digamos el del petróleo, tanto el que se asigna oficialmente como el que se consigue de “otra manera”; el de la fuerza de trabajo; el del alquiler de equipos agrícolas, el de la reparación de equipos e implementos propios, el del uso del agua para algunos cultivos…
¿Y los costos del resto de la cadena hasta la tarima? El del petróleo para la transportación, el de la propia fuerza de trabajo que labora en esa cadena, los de los mercados agropecuarios que hoy son cooperativas y que pagan hoy lo que antes no tenían que pagar, pues lo pagaba el Estado… En este otro segmento también van las “ganancias” de los que participan en ella.
Si a ello sumamos una débil competencia interna, mal regulada y muchas veces “constreñida” a determinados segmentos de nuestros mercados, y también la ausencia de competencia externa, pues Cuba no importa productos agrícolas frescos para el mercado de la población (con la excepción de las manzanas) entones el comportamiento de los precios puede ser más errático y las señales que trasmiten, especialmente hacia la producción, puede ser mas negativas que positivas.
La demanda también juega su papel en la subida o la bajada de los precios. Es evidente que en los últimos años la demanda de alimentos se ha incrementado por diferentes razones, desde un aumento de ingresos en una parte de la población (minoritaria aún pero no despreciable en términos de poder adquisitivo) el crecimiento de la cantidad de restaurantes y cafeterías que deben surtirse de estos mercados y una avalancha de turistas que asiste regularmente a hoteles, hostales, restaurantes y cafeterías.
Tener mucha demanda es quizás la máxima aspiración de cualquier economía, excepto en Cuba donde el tener demanda sigue siendo un problema y no una oportunidad, pues la oferta y la producción no reaccionan a ese estímulo con suficiente celeridad y otras veces definitivamente, no reaccionan.
Debajo de la superficie del agua, encima de la cual solo se ve la punta del iceberg, es donde está la otra parte y muchas veces la más importante del problema.
Vale la pena aclararlo una vez más: para la economía, las instituciones son las reglas de juego que condicionan el funcionamiento de los agentes económicos. También la cultura, las costumbres, son parte de las instituciones.
Un buen diseño institucional (reglas claras, etc.) contribuye de forma positiva al buen desempeño de la economía. La desactualización del diseño institucional, la incoherencia entre sus diferentes componentes, generalmente impacta de forma negativa en los resultados productivos.
Que la agricultura ha sido uno de los sectores hacia el cual se han dirigido más políticas y medidas con el fin de estimular el incremento de la producción no es exactamente una noticia en los últimos años en Cuba.
Tampoco es algo que haya ocurrido recientemente. Desde aquella Reforma Agraria de 1959 que creó centenares de miles de pequeños agricultores hasta esta otra de los 2000 que distribuyó más de un millón de hectáreas de tierra de cultivo improductivas; el sector agropecuario cubano ha recibido centenares de medidas y políticas que incluyen la formación de personal calificado y centros de investigación de prestigio internacional.
Sin embargo, el sector agrícola se ha comportado como un agujero negro, que traga todo a su paso y devuelve nada o muy poco.
La realidad está diciendo que todo lo decidido todavía resulta insuficiente. Al parecer se necesitan más cambios, diseños institucionales más “afinados”. Los resultados de la producción agropecuaria son la prueba más evidente.
La tasa de crecimiento promedio de la producción de viandas entre los años 2009 y 2015 fue de 2,8%, según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Mientras cultivos como el boniato, la malanga y el plátano vianda (los más comunes en la mesa del cubano) crecieron a tasas promedio positivas, la papa, quizás el más demandado de todos, no lo hizo.
Si comparamos los resultados de 2015 con los de 2009, entonces tenemos que la producción de viandas del 2015 es un 15% menor y la de papa 50% menor que las obtenidas en 2009.
En el caso de las hortalizas, la tasa de crecimiento promedio de ese mismo período no alcanzó el 1% mientras que en la producción de tomate fue un 30% menor que la obtenida en el año 2009.
En el año 2009 se sembraron 34 558 hectáreas de viandas (de ellas 4 245 de papa) mientras que en el 2014 se sembraron 16 494 hectáreas (de ellas 596 de papa). En síntesis, en el año más reciente del que se tienen datos fueron sembradas menos viandas (el 50% del 2009) y menos papa (14%} del 2009).
En las hortalizas, sembramos 32 174 hectáreas en el 2009 y en cinco años después solo 21 397 hectáreas, esto es el 66% de lo plantado un lustro antes.
Menos área sembrada, producciones menores, demanda incrementada, costos más altos… ¿qué podemos esperar entonces de los precios sino que suban?
En el año 2005 se invirtieron en la agricultura casi 211 millones de pesos, un 6% del total de lo invertido en el país. En el año 2014 se invirtieron 164,7 millones de pesos, el 4% del total invertido. La agricultura es uno de los sectores donde menos inversión extranjera se aprueba. ¡Qué paradoja!
Para entender la complejidad del fenómeno debe mirarse también a la estructura de la oferta misma en la producción agrícola. En el caso de las viandas, por poner un ejemplo, la papa abarcó cerca del 50% de la estructura de la oferta de viandas en Cuba durante los años ochenta. Los cubanos por entonces comíamos unas 60 libras de papa per cápita, con producciones de alrededor de 300 mil toneladas por año y costos de 1 peso por saco en 1980. En el 2009, la papa solo era el 12%, de la oferta de viandas total del país, mientras que en el 2014 alcanzó apenas el 2,1%.
Se argumenta que las implicaciones del cambio climático han obligado a sembrar menos papa en el archipiélago, sin embargo, y a pesar del clima, Cuba obtiene uno de los mejores rendimientos internacionales en el cultivo de este tubérculo. Aquí se consiguen más de 20 toneladas por hectárea, mientras que en China se logran menos de 9, en Rusia menos de 15 y en India menos de 12.
¿Cómo es posible que allí, donde tenemos una gran fortaleza, una poderosa cultura de producción, no concentremos nuestros recursos? No tengo la respuesta.
Menor oferta de papa hace que la demanda se desplace entonces hacia otros productos que completen la dieta, lo que lógicamente provoca un efecto de incremento de los precios de las viandas en general.
Una síntesis de los problemas del país reúne todos estos factores: sembramos menos superficie de viandas y hortalizas, producimos menos, el déficit de oferta de un producto estrella ha hecho desplazar la demanda hacia otros productos, los costos de producción se han incrementado, las inversiones no son las necesarias, la inversión extranjera apenas es significativa en la agricultura, la tecnología es, como media, obsoleta, la competencia es débil y esta mal regulada y los incentivos están distorsionados por la dualidad cambiaria.
¿Qué podemos esperar entonces sino que suban los precios?
Me alegra que nos preocupemos como país por topar los precios, ¡pero lo que hundió al Titanic no fue la parte visible del iceberg, fue la otra, la que estaba debajo de la superficie!
Es importante adoptar medidas que ayuden a paliar los problemas diarios de la mayoría de la población, los del corto plazo. Sin embargo, el largo plazo importa, aun cuando como dijera Keynes, en el largo plazo todos estaremos muertos.
Hoy los precios topados permitirán a algunos dormir tranquilos, pero ojalá que no se nos conviertan en una nueva pesadilla.
¿Quién determinará qué producto es de primera o de segunda calidad? ¿Cómo podremos chequear efectivamente que los precios se muevan hacia abajo cuando la calidad del producto disminuye? ¿Cuánto nos costará este nuevo control? ¿Cuánto espacio a nuevas formas de corrupción generará?
Hace falta más inversión estatal y no estatal, nacional y extranjera en la agricultura, hace falta modernizar nuestras tecnologías, hace falta modernizar nuestras sistemas comerciales en la agricultura, hace falta que nuestros campesinos puedan adquirir las tecnologías que necesitan de una forma más expedita; hace falta crear fondos nacionales, con moneda nacional, que estimulen la producción agrícola, hace falta que puedan establecer relaciones directas con sus suministradores, hace falta incentivar la creación de cadenas productivas… Al parecer todos estamos de acuerdo, pues, entonces, ¿qué falta?
Soluciones hay varias, pero el obstáculo principal que seguimos enfrentando “(…) es el lastre de una mentalidad obsoleta, que conforma una actitud de inercia o de ausencia de confianza en el futuro”. Este otro bloqueo, el que provocan esas mentes obsoletas, cuesta mucho y ese costo lo pagamos todos… aun a precios topados.
Profe, me presentas a tu amigo Goyo?
Excelente. Y porque este hombre no es el Ministro de Economía ?
Muy buenos economistas. Muy malos decisores. Si lo ponen a decidir se acabó la economía. Eso es todo.
los equipos agrícolas ahora son vehículos de paseo el 80% de los tractores no trabajan la tierra, parecen estar arrendados a los mercados de materiales de la construcción
Bien dicho, …mas claro, ni el agua (que por cierto, tampoco hay). Siempre la solución en este país es política, nunca económica. Crean una falsa imagen de “justicia social” con este topaje de precios y siguen embarcando el futuro del país… es increíble que hayamos durado tanto tiempo. El concepto real lo dieron ellos mismos al anunciar la medida: La solución es producir, simple y llanamente, …lo demás es pura demagogia
No es el ministro de economía porq no sabe nada a ninguno de nosotros nos importa cuanto va a bajar o a subir la economía lo q nos interesa es q bajen los precios y fue lo q paso
Roquin, aunque sea ministro todas las decisiones tiene que consultarlas con el organo superior…
Muy buen artículo del profesor, éstas nuevas regulaciones pasarán a engrosar el largo listado de errores cometidos y de los que no acaban de aprender algunos de los que deciden en nombre de todos.
Roquin: Pq si lo fuera a los 2 días comienza a tener tropezones por no estar a tono con “la política del momento”… O simplemente por no comprender “el momento histórico”…
ty, eres uno que piensa con el estomago, a uno que le dan un chupete y deja de llorar, eres de los que por la merienda va a donde sea, sin cuestionarse que va a hacer….Excelente articulo de este economista….ah ty, por tu comentario, parece que el que no sabe nada eres tu….
que pena !!Yo,al ver que alguien,no importa el titulo y cargo,premios ganados y millas recorridas es capaz de decir algo como :”Que la agricultura ha sido uno de los sectores hacia el cual se han dirigido más políticas y medidas con el fin de estimular el incremento de la producción no es exactamente una noticia en los últimos años en Cuba.” o :”Tampoco es algo que haya ocurrido recientemente. Desde aquella Reforma Agraria de 1959 que creó centenares de miles de pequeños agricultores hasta esta otra de los 2000 que distribuyó más de un millón de hectáreas de tierra de cultivo improductivas; el sector agropecuario cubano ha recibido centenares de medidas y políticas que incluyen la formación de personal calificado y centros de investigación de prestigio internacional.” pues ,como decia,una persona que sea capaz de decir esto en public,no merece que yo lea el articulo,pues tiene “vicios de inicio”,pues para fecir algo,sin profundizar,este cienerificono estaba en cuba cuando el 85 % de la tierra entregada (o mas ) fue cooperativizada voluntariamente??O cuando los campesinos pasaron a major vida pues tenian que tener casas en el pueblo o cerquita?? O cuando los hijos se fueron pues eran medicos e ingenieros o cuando los que se quedaron no trabajaban si no se volvian ricos??Sr.Economista,el Caos es Grande,mas grande que la Revolucion que lo propicio,no bastan curitas y mercurocromo !!!!
Loco aquí difiero del Dr. Primero los países referenciados en el rendimiento de la papa emiten el promedio de 4 cosechas como máximo al año. India tiene 3 por ejemplo si logra un 12 al cierre de un período quiere decir que en otoño y primavera logra más de 20 Tm por Ha.
Segundo si recuerdas los lineamientos se plantea que el principal enemigo era el MERCADO, nuestro honorable Dr. No ha hecho más que definir a la cubana el MERCADO y sus dinámicas.
Tercero ¨Obama y empoderamiento el gran enemigo¨ si como meta se pretende estimular la inversión de capital tanto nacional como foráneo entonces hay que considerar las 21 variables que definen el empoderamiento de manera que se estimule la inversión.
Finalmente, la Concepción de HUB es determinante para optimizar las cadenas tanto de suministro material como financiero.
Te juro que todo esto no tiene nada que ver con el Sistema Social imperante sino con la GESTION de ADMINISTRACION y la famosa HACIENDA PUBLICA como único Ministerio y parar la desagregación de sus funciones en un MEP, MFP y CONTRALORIA.
Saludos
Excelente artículo!!! Cuando vamos a aprender que no se pueden tomar decisiones de espaldas al mercado. Violar la ley de oferta y demanda puede resultar muy caro. Esta medida crea un bienestar ficticio, no hemos logrado nada porque al final la producción sigue siendo pobre y, lo que es peor aún, con estos precios será cada vez más pobre. Al final estamos ocultando una bomba que eventualmente nos explotará en la cara. Han pensado quién carga con estos precios bajos? El estado? Hasta cuando podrá nuestro pobre estado cargar con estos precios bajos? El dinero no se crea de la nada, es necesario producir, cosa que no estamos haciendo, ni haremos si seguims así.
Podrán topar todo lo que se quiera, pero cuando la oferta es muy baja, como es el caso de Cuba topar es generar nuevos puestos de trabajo, digamos ahora aparecerán nuevos revendedores, que venderá en los pasillos entre casas lo que comprar al pormayor en contubernio con los placeros y todo será con el apoyo de todos, porque hasta la policía compra
“Soluciones hay varias, pero el obstáculo principal que seguimos enfrentando “(…) es el lastre de una mentalidad obsoleta, que conforma una actitud de inercia o de ausencia de confianza en el futuro”. Este otro bloqueo, el que provocan esas mentes obsoletas, cuesta mucho y ese costo lo pagamos todos… aun a precios topados.” Porque la culpa la maldita culpa……., ¿porqué no le acaban de poner el cascabel al gato?, la mentalidad obsoleta no es otra que la de la clase dirigente que tenemos en Cuba y que todavía seguirá varios años más aferrada al poder con uñas y dientes y el pueblo…..bien, gracias.
Las mentalidades obsoletas no existen por sí solas como “cosas etéreas” vagando por ahí; sino que pertenecen a personas específicas con nombres y apellidos.
Buen artículo. Vivo en Cuba y NO recibo divisa del exterior. Y muy bien que hayan topado los precios. El derecho a comer no puede ser de unos pocos. En la mayor parte de los países se regula el margen de ganancia de los participantes en la cadena de comercialización. En Cuba todos sabemos que un grupo de gente se enriquece a costa de precios sin regulación alguna. Los que en este foro están en desacuerdo con la medida NO están pasando hambre como muchísima gente en Cuba y se dan el lujo de criticar, no les importan los que no podemos costear una libra de boniato a 3 pesos. Ciertamente, como explica el artículo, no basta topar precios. Lo sabe el autor, lo sabe el gobierno y cualquiera con un poco de entendimiento. El valor de este artículo radica justamente en advertir que resulta imprescindible conseguir aumentar la producción para que esta medida no fracase y conseguir que los precios resulten soportables para la mayoría de los cubanos. Y el deber de todos de exigir al gobierno que haga las cosas bien, rinda cuentas y haga lo necesario para aumentar esa producción de alimentos.
Por tanto, bien por el profesor Triana. Tal vez su artículo no sea perfecto, pero está bien. La famosa “Ley de Oferta y Demanda” no es la Ley de la Gravedad ni la segunda ley de la termodinámica. NO es Ley ni un demonio. Es un mecanismo de auto-regulación entre demanda, precios y producción y DEBE ser regulado por la sociedad, si es que esta pretende mantener un aceptable equilibrio entre las diferentes capas de la sociedad y garantizar los derechos humanos esenciales, entre ellos, el derecho a comer. Convertir en Ley suprema a los mecanismos de Oferta y Demanda solo lleva a grandes desequilibrios sociales, al enriquecimiento de unos pocos y el hambre de una mayoría. En Cuba la mayoría de la gente está a favor de darle espacio suficiente a la existencia de un mercado que permita ganancias razonables a quienes forman parte de su entramado. Pero para imponer un Capitalismo des-regulado en Cuba, habrá que pasar por encima de los cadáveres de millones de cubanos que no estamos dispuestos a ello. Que NO lo olviden los defensores a ultranza de la sacrosanta “Ley de Oferta y Demanda”. Está bien que jueguen con la cadena, pero no con el mono. Sean los funcionarios y dirigentes corruptos, los nuevos bandidos de producción nacional o los que piensan como ellos y no viven en Cuba o viven aquí mantenidos por sus parientes. El pueblo cubano está en el límite de lo soportable y que lo sepan los extremistas y aprovechados de cualquier signo político. Si esta Revolución se acabó o no funciona y hay que hacer otra, pues no faltará quien la haga. Y no será para que coman solo los ricos. Así que en definitiva, gracias al profesor Triana, por su artículo, por ser equilibrado y sabio.
¿Que nivel de distorsion tienen los incentivos por la dualidad cambiaria? ¿Esta distorsionando la dualidad cambiaria los costos que se determinan para de los prcuctos agricolas? ¿Como se calcula el costo, por ejemplo, de una libra de boniato a partir de la exixtencia de la dualidad cambiaria? ¿Cual es el costo, por ejemplo, de una libra de boniato, en toda la cadena de valor desde el productor agricola hasta el precio en la tarima?
excelente artículo!
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