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Y se hizo la Feria. El simple hecho de realizarse es muy notable por el contexto tan difícil en que esta Feria de La Habana se ha realizado.
De una parte, un ambiente de guerra en el Caribe, gracias al gobierno de Trump. De otra, condiciones internas que apuntaban a que se suspendiera: desde un sistema electroenergético cuasi colapsado, algo que ya es parte de nuestra cotidianeidad, o, como a un amigo le gusta decir, “nueva anormalidad”.
Hay que sumar en la ecuación al huracán Melissa y su secuela de miles de familias damnificadas, muchas de las cuales lo perdieron todo. Todo, de lo muy poco que poseían. Las arbovirosis también se convirtieron en otro enemigo de la Feria.
Otros motivos que podían influir en que la Feria no ocurriera tienen que ver con las condiciones de la economía y el mercado nacional. Del comportamiento macroeconómico tenemos al menos dos señales relativamente positivas. La reducción del déficit fiscal es una; la otra es la ralentización del crecimiento de los precios.
Creo que son dos resultados que en otras condiciones de la economía real podríamos celebrar. Sin embargo, la reducción del déficit ocurre mientras se quedan miles de millones de CUP sin ejecutar en un país que padece una crisis de sanidad que se expresa en las montañas de basura en nuestras calles y en los riachuelos de aguas negras que corren por los contenes de las aceras. Y estos hechos también explican la epidemia actual de arbovirosis, solo para poner un ejemplo.
Mientras, la ralentización del incremento de los precios no se expresa en la elevación del poder de compra de salarios y pensiones y la desigualdad y la pobreza siguen creciendo en nuestro país.
En ambos casos, otros factores de raíz estructural siguen estando presentes y cuestionan la sostenibilidad en el mediano plazo de la reducción de ambos indicadores.
La Feria se desarrolló a pesar de ese rosario de problemas macroeconómicos, sociales y de todo tipo que todos conocemos y que no vale volver a describir aquí.
La Feria se celebró incluso a pesar de la publicación, por una agencia de prensa, de la decisión comunicada a las empresas extranjeras de que sus cuentas en dólares que utilizaban para pagar operaciones en el mercado nacional no podrían seguir siendo empleadas para esos fines.
Pero esta Feria estuvo matizada por otros hechos importantes.
De una parte, la decisión aprobada en el Consejo de Ministros que le permitía a todas las empresas mayoristas, independientemente de la forma de propiedad, poder comerciar con todas las entidades de la economía nacional, decisión que, aunque muy demorada —lo cual ya es parte de nuestra normalidad—, resulta, desde mi perspectiva, muy conveniente y puede contribuir a una mejor dinámica de los negocios.
Antes, la norma emitida solo permitía el comercio mayorista de aquellos bienes que la propia empresa producía.
La Feria ocurre también después de haber sido publicado un documento importante, titulado Programa de Gobierno para corregir las distorsiones y reimpulsar la economía, luego de una larga espera por casi dos años.
Se trata de un extenso documento que requerirá de un estudio profundo por los expertos y también por todo el pueblo en tanto que se ha convocado, por fin, a su discusión pública. En él se definen algunos objetivos que tienen que ver directamente con el Propósito de una Feria Internacional de Comercio e Inversión.
Luego, en la misma inauguración de la Feria, el Viceministro primero y Ministro de Comercio Exterior anunciaba un grupo de medidas que, vistas en su conjunto, podrían conducir a pensar que una vez más emprendemos el camino de “cambiar todo lo que deba ser cambiado”, aunque nuestra historia económica demuestra que hemos sido siempre más veloces en abandonarlo que en adoptarlo.
Abajo un resumen que amablemente una colega me envió.
– Se va a modificar la Ley de inversión extranjera.
– Las empresas extranjeras podrán operar en CUP y divisas de forma flexible.
– Se va a propiciar el comercio electrónico con pago en el exterior.
– Se sustituye el estudio de factibilidad por plan de negocios (simplificación).
– El plazo de evaluación por los organismos estatales se reduce de 15 a 7 días, y el silencio será considerado aprobación.
– Se añade la posibilidad de contratar el personal directamente (se mantiene previa participación de la agencia empleadora).
– Cualquier modalidad extranjera puede comercializar de forma mayorista a cualquier actor económico que tenga capacidad de pago; no hay ningún obstáculo y nada que lo prohíba.
– Las empresas tendrán acceso a la compra de combustible en divisa sin restricciones, y de ser necesario importar el combustible para su operación.
– Nuevo modelo de negocios: Poner a disposición del inversionista extranjero un área o instalación subutilizada para el desarrollo, y concluyendo el plazo, revertir al Estado.
– Hay una nueva cartera en el sitio del MINCEX: https://inviertaencuba.mincex.gob.cu/es/
– Operaciones (selectivas) de swaps para intercambiar obligaciones vinculadas a negocios sostenibles, que generen divisas, reduzcan deuda o generen nuevos financiamientos.
– Posibilidad de inversiones en proyectos residenciales que generen ingreso de divisa al país, con uso de energía renovable.
– Prioridades: las exportaciones y sustitución de importaciones, producción de alimentos y actividades intensivas en conocimiento.
– Habrá una mayor participación del capital extranjero en el sector bancario-financiero, al cual podrán acceder todos los actores económicos.
– Creación de nuevas zonas especiales de desarrollo para destinos específicos, desde negocios inmobiliarios hasta parques científicos-tecnológicos.
– Desarrollo de modelos de negocios del tipo building, operation and transfer (BOT)
– Los cubanos residentes en el extranjero tienen las mismas posibilidades que cualquier otro inversionista foráneo.
Se anuncio en la presentación oficial que esa nueva cartera de oportunidades contiene 426 proyectos, los cuales abarcan 13 sectores, 35 corresponden a la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), 38 responden a iniciativas locales, y todas las provincias están representadas.
Hoy Cuba cuenta con 376 negocios activos de 40 países (no hay información por tipo de negocios ni de los países), de los cuales 56 se encuentran en la ZEDM.
En 2025, según se informó en el Foro de Negocios, se aprobaron 32 nuevos proyectos de 13 países y el monto de capital comprometido alcanzó los 2 100 millones de dólares norteamericanos.
Si hiciéramos un balance de las medidas anunciadas, podríamos decir que al menos la letra indica un proceso de apertura y cierta descentralización que muchos hoy reconocen como necesaria si se pretende salir del estancamiento en el que se encuentra nuestra economía.
Sin dudas, hay mucho que hacer para que esas nuevas medidas que impulsan la apertura del país se puedan materializar en el menor tiempo posible.
Aunque formalmente todas están dirigidas al sector externo de la economía e introducen cambios en el marco regulatorio del mismo, lo cierto es que para que alguna de ellas pueda funcionar se necesitarán cambios y transformaciones sustanciales en el marco institucional general del país.
Las “reglas de juego” necesitan de otras “reglas de juego” que se complementen y produzcan la necesaria sinergia entre todos los agentes económicos. Me viene a la mente, por ejemplo, la tan mencionada y demorada ley de empresas, pero más que la la propia ley, el hecho innegable de que las empresas estatales logren liberarse de las ataduras con las cuales los ministerios las mantienen bajo su tutela.
Las reglas del juego necesitan también de organizaciones que las lleven a efecto y esas organizaciones dependen de personas que entiendan y acepten esos cambios, muchos de los cuales pueden contradecir sus intereses, ya sean los de su organización o los personales.
Esas reglas de juego necesitan de una estructura organizacional menos vertical; que sean eliminados escalones en el proceso de decisión; que la dinámica y la agilidad en la toma de decisiones y en la apertura de nuevos negocios no sean sacrificadas ante el control incontrolado y omnipresente, muchas veces en la peor de sus formas.
Esas nuevas “reglas de juego” necesitan coherencia y consistencia. La incoherencia y la inconsistencia para nada ayudan.
Llamo la atención acerca de una de ellas. Las aprobaciones de nuevos negocios con capital extranjero demorarán no más de una semana y la no respuesta de un organismo se toma como una aceptación, o lo que es lo mismo, se aprobarían por default.
Es paradójico entonces que la aprobación de una mipyme pase por un proceso burocrático que puede tomar meses, que rebota de manos en manos de personas que a veces no saben absolutamente nada de ese tipo de negocio y termina en manos de la subjetividad y la arbitrariedad.
¿Cómo es posible que se pueda aprobar un negocio de millones en una semana, lo cual creo que es muy bueno, y sin embargo, un negocio que apenas involucra unos cuantos miles sea demorado por meses e incluso años?
Otra de esas incoherencias. Todavía permanece bajo estudio el tratamiento de la inversión extranjera en el sector privado nacional.
Hace ya al menos tres años que está “bajo estudio”. Sin embargo, es un secreto a voces que una parte de las inversiones que el sector privado realiza es sostenida por “inversiones foráneas”. La demora en reconocer y formalizar esta situación perjudica y mucho un aprovechamiento más eficiente de esos recursos de inversión que, aun cuando su cuantía no sea significativa en algunos casos, sí resulta necesaria porque el Estado no tiene cómo satisfacerla.
Todavía es más incoherente cuando también se sabe que una buena parte de ese financiamiento externo lo provee una parte de los cubanos residentes en el extranjero, mismos que, según se dijo muy claro en la Feria, deben ser tratados en igualdad de condiciones que los inversores foráneos no cubanos.
El potencial de inversión que seguimos desperdiciando o utilizando sin aprovechar todo su potencial es un costo que debemos cargar a la incoherencia.
Pero es muy bueno que se hayan anunciado todas esas medidas, es muy bueno que tracen cierto rumbo cuando todo indica que el timón de proa no funciona. Es muy bueno que esas medidas provoquen la necesidad de nuevos cambios. Ese, a mi juicio, fue el mérito mas importante de esta Feria de 2025.
