Con la entrada esta semana de un buque con gas licuado a Santiago de Cuba se reanudará el suministro de este producto en la isla, en medio de su constante inestabilidad.
No obstante, las autoridades reconocieron que la nueva carga “no suplirá toda la demanda”, por lo que se daría prioridad a “los clientes que no pudieron acceder en la entrega anterior”.
El barco atracó con 9377 toneladas en la refinería santiaguera “Hermanos Díaz” y su descarga se inició desde el pasado jueves, de acuerdo con Irenaldo Pérez Cardoso, director adjunto de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet), citado por Cubadebate.
El gas licuado (GLP) será distribuido tanto a la población como al sector estatal, y su disponibilidad actual tiene “una cobertura de 17 a 20 días”, apuntó el funcionario.
Según Pérez Cardoso, el mismo buque trasladará luego el gas a La Habana el próximo 3 de diciembre, en un recorrido que proseguirá a Matanzas, luego a Nuevitas, Camagüey y, de allí, volverá a Santiago de Cuba para una segunda descarga, antes de regresar nuevamente a la capital.
Agregó que la distribución que se iniciaba este viernes garantizará la entrega a las provincias orientales, mientras que el siguiente depósito en La Habana abastecerá a la zona occidental hasta Mayabeque.
Un “bache en la entrega”
Al confirmar que con este envío tampoco podría suplirse “toda la demanda”, el director adjunto de Cupet explicó que “ha habido un bache en la entrega de combustible por la llegada del producto”, cuyo atraso en la adquisición se debe “a la compleja situación para realizar los pagos”.
“De 1 700 000 clientes en total en la nación, el 20 % de los clientes en La Habana, Artemisa y Mayabeque —unos 99 mil— no pudo acceder al servicio” en la entrega anterior”, precisó Pérez Cardoso, mientras que en el resto del país esa cifra se eleva a unos 735 mil clientes (63 %).
Para suplir ese déficit, las autoridades decidieron que en La Habana, Mayabeque y Artemisa, durante los primeros cuatro días, solo podrán adquirir las demandadas balitas “aquellos clientes que no recibieron el gas la vez anterior”.
En el resto de las provincias el proceso será de cinco días para estos casos, añadió el directivo, quien aseguró que con estas acciones se pretende “llegar a la totalidad de los clientes, de manera que algunos no reciban GLP dos veces, mientras que otros aún no lo hayan recibido”.
A inicios de octubre hubo una “descarga parcial” de un barco de gas licuado que esperaba por el pago del producto por parte del Gobierno cubano. El pago finalmente se realizó, pero no completo, según explicó en ese momento el ministro del sector, Vicente de la O Levy.
Alivio “parcial” para la crisis con el “gas de balita” en Cuba
Entonces, el diario Granma consideró que esa noticia significaba un alivio para los cerca de 1 700 000 clientes de gas licuado en la nación, “quienes padecían la afectación al servicio desde finales del mes de septiembre, momento en el cual se agudizó la crisis del combustible doméstico”.
Las dificultades con el llamado “gas de balita” han sido recurrentes en Cuba en los últimos años, en medio de una prolongada crisis económica que tiene al sector energético como uno de los más afectados.
Los impagos, motivados principalmente por los problemas de financiamiento que padece la isla y los efectos de las sanciones estadounidenses, han causado crisis periódicas con el abastecimiento del gas licuado en Cuba, al igual que sucede con otros productos básicos.
La actual crisis tiene lugar en momentos en que se ha agudizado también la crisis eléctrica, con constantes apagones a lo largo de la isla, lo que imposibilita el uso de la electricidad para cocinar y complejiza aún más un tema tan sensible como la cocción de los alimentos.