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La historia del barrio de Lawton se remonta —como la de muchas otras zonas de La Habana— a los tiempos de la colonia. Situado a unos 6 kilómetros al sur del centro histórico habanero, su concepción data de mediados del siglo XIX, un período de expansión urbana de la capital de Cuba.
Por entonces, la división de la finca San Pedro Apóstol, en Jesús del Monte, por idea de Lázaro Ferrer y Herrera, dio origen a la barriada nombrada inicialmente por su apellido: Ferrer. Sin embargo, aun cuando su creador impulsó los trabajos y presentó la documentación a las autoridades, la pérdida del expediente dio un giro a la historia y también al nombre del lugar.
No fue hasta inicios del siglo XX que, bajo el impulso del empresario e inversor Guillermo W. Lawton, el barrio comenzó a tomar forma. Así empezó a crecer la urbanización delimitada por calles como Diez de Octubre, Acosta, Porvenir, Santa Catalina este, Lawton y Dolores.
Varias ampliaciones a lo largo de las primeras décadas de la centuria pasada, y luego algunas otras posteriormente, fueron dándole poco a poco su fisonomía actual a este barrio habanero. El protagonismo de Lawton en ese crecimiento hizo que, por un tiempo, la zona se conociera indistintamente con su apellido y con el antiguo nombre de Ferrer, pero a la postre este último desapareció.
Según refieren los especialistas, en Lawton primó la construcción de viviendas de uno o dos niveles a la de edificios, aunque luego también se construirían algunos que llegan hasta hoy. La topografía irregular de la zona fue aprovechada también en sus ampliaciones, a medida que el barrio crecía a la par de otros repartos de la zona.
Barrio popular, Lawton tuvo entre sus industrias una destilería, una fábrica de galletas, talleres ferroviarios y un matadero. También se construyeron cines, tintorerías, bodegas y otros negocios, al tiempo que aún se mantienen entre sus edificaciones distintivas la iglesia y convento de Santa Clara de Asís y los llamados “Castillitos”, llamativas construcciones de piedra y techos a dos aguas.
Lawton fue hogar de figuras como el general mambí Enrique Loynaz del Castillo, el poeta Emilio Ballagas, el periodista Eladio Secades y el comandante rebelde Camilo Cienfuegos, en cuyo honor fue renombrada la avenida Dolores y cuya casa fue convertida en museo. Actualmente, este barrio —o al menos una parte— conforma uno de los consejos populares del municipio Diez de Octubre.
Lejos de su mejor imagen, Lawton acusa hoy el impacto del tiempo, la desidia y la crisis. El deterioro constructivo, el desborde de basura y aguas residuales, y las cada vez mayores dificultades cotidianas marcan la vida de esta barriada, como ocurre en el resto del país.
Así, con sus realidades y contrastes, nos la presenta Otmaro Rodríguez en su habitual galería de domingo.