La restauración ha tomado años, pero las puertas del Capitolio de La Habana finalmente abrieron esta semana a visitantes nacionales y extranjeros. Uno de los símbolos de la capital podrá ser recorrido gratuitamente hasta el 1ro de abril.
El proceso de restauración comenzó en 2010 para recuperar la gran obra arquitectónica construida en el gobierno de Gerardo Machado entre 1926 y 1929. En las últimas décadas fue sede de la Academia de Ciencias y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, hasta su cierre.
Ahora es la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular, aunque las plenarias del parlamento cubano se realizan todavía en el Palacio de la Convenciones.

Los recorridos por sus varios salones son de una hora de duración. Por cada visita se permiten 4 grupos de hasta 15 personas cada uno y solo se autoriza a realizar fotografías en el Salón de los Pasos Perdidos.
El Capitolio ocupa un área total de 39 mil metros cuadrados, según la ingeniera Marisol Marrero. La edificación tiene 200 metros de largo, y 105 metros en su parte más ancha. Fue diseñado por los arquitectos cubanos Raúl Otero y Eugenio Rayneri Piedra, y acogió las dos cámaras del Congreso hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.
En el Capitolio, los visitantes pueden ver salones como el Yara, con piezas de vajilla; el Jimaguayú, con esculturas del artista italiano Angelo Zanelli; y Baraguá, que servirá para reuniones de trabajo y la cripta que guarda los restos del mambí desconocido. En este lugar, hay banderas de todas las naciones del continente americano.
Entre los espacios abiertos al público está el mítico Salón de los Pasos Perdidos, con 120 metros de longitud. Allí se encuentra la estatua de La República, la tercera mayor del mundo entre las que se encuentran bajo techo, con 14,60 metros de altura y más de 30 toneladas peso.
En el famoso salón, bajo la cúpula, hay una réplica del diamante que marcaba el kilómetro cero de la carretera central. El original perteneció al último zar de Rusia Nicolás II, y fue robado el 25 de marzo de 1946 y recuperado el 2 de junio del año siguiente.
En la Capitolio sesionó la Asamblea Constituyente de 1940, una de las más importantes de su época. Aunque en las últimas décadas había perdido su función legislativa, siguió siendo uno de los sitios más atractivos de La Habana para cubanos y turistas.
La restauración del Capitolio debe concluir en noviembre del 2019, cuando La Habana celebre el 500 aniversario de su fundación. Entonces, la edificación mostrará finalmente todo el esplendor de antaño, aunque con la reapertura de muchos de sus espacios los visitantes pueden ya comprobar su belleza y magnificencia.
Cuando niño, y siendo un «guajiro» en La Habana, la visita al Capitolio era obligada. Recuerdo haber visto, en las cuatro esquinas del área exterior (en las aceras) los primeros relojes digitales de mi vida. Eran grandes paneles metálicos montados sobre columnas y que con una matriz de lámparas incandescentes mostraban la hora. Hace años que no visito el lugar, pero en las fotos de la magnifica restauración que han ido apareciendo en la prensa no veo estos relojes ¿se ondrán nuevamente?
Ya tiene edificio. Ahora solo necesitan un buen parlamento.