Que el 2021 ha sido un año especialmente difícil para Cuba, uno de los más duros en mucho tiempo, no resulta un secreto para nadie. Sus motivos ―nuevos y viejos― y sus impactos, su bregar aun a contracorriente, sus carencias, logros y sacrificios, han estado a la vista de todos, dentro y fuera del país ―aun cuando los enfoques políticos de cualquier signo privilegien unos sobre otros―, pero particularmente para los cubanos que han debido bregar día a día con la compleja realidad de la Isla.
Tras un 2020 de pandemia, crisis económica, incremento del embargo estadounidense y crecientes tensiones sociales, el año que termina ahondó no pocas dificultades y arrojó sal en más de una herida. Lejos de ser una etapa de alivio de los dolores previos, de la recuperación deseada, el 2021 se marcha con sus propias angustias y contradicciones, con limitados éxitos ―aunque uno es tan grande como el desarrollo y administración de vacunas propias contra la COVID-19― y un innegable manto de incertidumbre, a pesar del discurso voluntarioso y triunfalista de las autoridades.
Sobre lo vivido en la Isla en el año que termina y a manera de cierre de su sistemática cobertura de la cotidianidad cubana, OnCuba les propone un resumen de 10 temas que, a nuestro juicio, marcaron el devenir nacional en estos 365 días. No son, lógicamente, los únicos que han dejado su huella en los últimos meses, pero su calado en este período resulta indudable y sus resonancias y controversias sobrepasan muchas veces el propio escenario de la nación caribeña.
1. El Ordenamiento monetario
Anunciado antes de finalizar el 2020 e iniciado el primer día de este año, el proceso de ordenamiento monetario ha marcado el acontecer de la Isla a lo largo de 2021. Y no precisamente para bien. El gobierno cubano, que lo impulsó como un paso necesario para equilibrar desajustes existentes en la economía, ha tenido que realizar algunas rectificaciones sobre la marcha y ha reconocido “errores de diseño” y también de implementación, que han dado al traste con varios de los objetivos planificados.
Lejos de mejorar con la eliminación del peso convertible (CUC) y el aumento de los salarios y pensiones, los ingresos de los cubanos se han visto menguados por el incremento de los precios, la eliminación de subsidios, la creciente inflación y otras consecuencias derivadas de la “Tarea Ordenamiento”, por demás aplicada en medio de una severa crisis económica y la pandemia de coronavirus. Ello ha provocado un visible descontento de la población y promete derivar en nuevas medidas y correcciones, tal como adelantó días atrás el primer ministro en su informe a la Asamblea Nacional.
2. La inflación
La galopante inflación que sufre el país —resultado de una conjugación de factores que tienen que ver no solo con el ordenamiento monetario, sino también de problemas sistémicos de la economía cubana, las consecuencias de la pandemia y el permanente bloqueo estadounidense— es el índice económico que más padecen cada día los bolsillos de los cubanos. Los precios, tanto de los productos básicos como de otros artículos, no dejan de crecer, lo mismo en las tarimas y restaurantes como en el fértil mercado negro.
Hace solo unos días, el titular cubano de Economía estimó que el país cerraría el año con una inflación acumulada superior al 70 %, mientras que con anterioridad otras autoridades habían reconocido un incremento hasta del 6.900 % en el caso del mercado informal. La solución a este desbocado fenómeno, sobre el que diversos economistas han venido alertando sistemáticamente, pasa en opinión del gobierno por un incremento de las ofertas y la productividad, algo que hasta ahora sigue siendo una quimera, a pesar de las medidas adoptadas para su estímulo.
3. La pandemia
Tras la llegada de la pandemia a Cuba en 2020, año en que el país vivió entre oleadas de la enfermedad y mejorías, el 2021 comenzaría en pleno rebrote y dejaría un triste panorama durante largos meses. La curva de contagios y fallecidos, que no paró de crecer sostenidamente en el primer semestre, experimentó un pico brutal entre julio y septiembre, cuando se registraron más de 200 mil casos mensuales y se enlutaron miles de familias cubanas, mientras el sistema sanitario se reconocía “sobrepasado”.
La contagiosa variante Delta del SARS-CoV-2 estuvo detrás del estallido infeccioso, que golpeó especialmente a provincias como Matanzas, Ciego de Ávila, Cienfuegos, Holguín y Pinar del Río, aun cuando toda la Isla sufrió de sus nefastas consecuencias que obligaron a más cierres y restricciones. Y apenas en octubre, con el progreso de la inmunización masiva, comenzaron a mejorar las cifras hasta llegar en diciembre a su mejor momento, si bien el peligro sigue latente, aún más con la muy contagiosa variante Ómicron, tal como demuestra el aumento de casos en la última semana del año, que ha obligado a las autoridades a adoptar nuevas medidas.
4. La vacunación anticovid
El proceso de vacunación contra la COVID-19 puede catalogarse, sin duda alguna, como el mayor éxito experimentado por Cuba en el año que termina. Tal logro se asienta en el empeño, defendido por especialistas y autoridades, de desarrollar vacunas propias para hacer frente a la enfermedad infecciosa, un acierto que ha permitido a la Isla situarse en la vanguardia de la inmunización en el mundo y finalizar el 2021 con una favorable situación epidemiológica, en contraste con lo vivido meses atrás, aun con el repunte de las últimas jornadas.
Tras la realización de los necesarios ensayos clínicos y también de intervenciones en grupos y territorios de riesgo, finalmente tres fármacos cubanos ―Abdala y las Soberanas 02 y Plus― recibieron el autorizo de uso de emergencia, lo que permitió al país impulsar la campaña de vacunación masiva, mientras comenzaría a negociarse su validación por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, hasta la fecha habían completado ya su esquema de inmunización más de 9.600.000 personas, por encima del 86 % de la población cubana, mientras la Isla da ya sus primeros pasos en la administración de dosis de refuerzo, de las que se habían aplicado ya más 1.800.000.
Cuba asegura que no busca “competir” con sus vacunas y confirma interés en aval de la OMS
5. El 11J
Si el 2020 tuvo como uno de sus momentos más álgidos en Cuba la protesta pacífica del 27 de noviembre (27N) en las afueras del Ministerio de Cultura, el 2021 será recordado por el masivo estallido del 11 de julio (11J). Ese día tuvieron lugar las manifestaciones antigubernamentales más grandes en décadas en la Isla, en un inédito escenario de ebullición social cuyas ramificaciones aún se extienden dentro y fuera del país, en los entornos físicos y virtuales, y con una marcada tendencia a la polarización.
Lo que comenzó como una protesta en San Antonio de los Baños se extendió con rapidez a otras localidades, incluida La Habana, y derivó en actos de vandalismo, enfrentamientos de manifestantes con simpatizantes y fuerzas gubernamentales, un largo apagón de internet, numerosos arrestos y procesos penales, algunos todavía en marcha, y denuncias de represión e irregularidades negadas por el gobierno, que considera lo sucedido como parte de una campaña en su contra, organizada y financiada desde EE.UU. Y también motivó numerosos pronunciamientos, a favor de una u otra parte del conflicto, así como nuevas sanciones de Washington a la Isla.
Algunas lecciones del 11-J cubano. Con observaciones de Julio César Guanche
6. El 15N
Una de las consecuencias de lo sucedido en Cuba el 11J fue la articulación de un nuevo activismo opositor, con algunos grupos y figuras ya conocidas y otros que ganaron visibilidad, nucleados principalmente alrededor de la plataforma Archipiélago y con las redes sociales como principal canal de comunicación. Así, mientras las autoridades anunciaban medidas para paliar el descontento social ―como la exención temporal de los aranceles de alimentos y medicinas, y obras constructivas en comunidades vulnerables―, una nueva manifestación comenzaría a gestarse.
Con el dramaturgo Yunior García como rostro más visible, en varias ciudades cubanas se realizaron solicitudes formales de marchas “por el cambio” para el 15 de noviembre, que fueron denegadas por las autoridades. Y aun cuando los activistas reafirmaron su voluntad de marchar ese día, las manifestaciones no llegarían a concretarse, con bloqueos y actos de repudio a los líderes de la iniciativa, y actividades y festejos promovidos por el gobierno, que celebró el carácter “fallido” de la marcha e insistió que su objetivo era promover un “cambio de régimen”. Finalmente, García saldría rumbo a España en un cierre inesperado para el 15N.
7. Los apagones
Aunque los cortes eléctricos han formado parte de la realidad cubana por décadas y tuvieron su etapa más álgida la cruda crisis económica de los 90’, el 2021 será también recordado como uno de los años más difíciles en este sentido. Las dificultades con el combustible y, sobre todo, con las envejecidas plantas generadoras de la Isla, provocarían largos y molestos “apagones” ocurridos durante meses, más aún fuera de la capital, los que se convertirían en uno de los detonantes de las protestas del 11J.
El episodio más sonado ocurrió en septiembre, cuando fallas en una línea de transmisión eléctrica dejó a oscuras todo el oriente del país y causó afectaciones parciales en otras provincias. Pero, en general, las roturas han sido frecuentes. Continúas reparaciones, inversiones para modernizar ―en lo posible― las termoeléctricas, la llegada de una planta flotante desde Turquía y partes públicos sobre la situación electroenergética de la Isla, han estado entre las respuestas de las autoridades cubanas a un problema que revivió fantasmas del fatídico Período Especial.
Crisis eléctrica en Cuba: inversión extranjera y más combustibles fósiles
8. La aprobación de las Mipymes
Dentro del paulatino proceso de reformas económicas ―“sin prisa, pero sin pausa”, según lo definiera el expresidente Raúl Castro―, el gobierno cubano dio, finalmente, luz verde a la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) en la Isla, tanto privadas como estatales y mixtas. El decreto ley que las legalizó fue aprobado en agosto por el Consejo de Estado y entró en vigor el 20 de septiembre, como parte de un paquete de normas que también introdujo cambios en el funcionamiento y gestión de las cooperativas no agropecuarias (CNA) y el trabajo por cuenta propia (TCP).
Ya a fines del noveno mes del año serían aprobadas las primeras 35 Mipymes y desde entonces, la cifra ha sobrepasado el millar, la mayor parte privadas y surgidas a partir de negocios ya existentes. Las autoridades, que de entrada no autorizaron su constitución en sectores “estratégicos” como la salud, las telecomunicaciones, la energía y la prensa, han dicho que no existe una cifra límite para estos nuevos actores económicos en su empeño por reactivar la golpeada economía cubana, si bien expertos han señalado imitaciones internas y externas que podrían afectar su desempeño.
9. La migración ilegal
El 2021 ha estado también marcado por un visible aumento de los cubanos que han tomado el camino de la migración ilegal. Al menos, en comparación con los años más recientes. Los cierres de vías legales por causa de la pandemia y las mantenidas restricciones consulares de EE.UU. a los cubanos, junto al empeoramiento de la crisis económica y las tensiones sociales en la Isla, han hecho a muchos lanzarse al mar o adentrarse en las selvas en busca de un sueño que no pocas veces queda trunco.
Según datos oficiales, citados recién por el sitio oficial Cubadebate, mientras en 2020 fueron devueltos al país 154 balseros por las autoridades estadounidenses, ya el presente año el número superaba los 1.400. Y a esta cifra habría que añadirle los retornados desde otros países, como Bahamas y México, los que ahora mismo están en el trayecto o varados en algún remoto campamento, los afortunados que lograron su objetivo, aun cuando deban permanecer ocultos o estén tramitando su regularización, y los que, tristemente, perdieron la vida intentándolo lejos de sus desconsoladas familias.
EEUU ha devuelto más de mil migrantes ilegales a Cuba en 2021
10. El “caso Bécquer”
A pocas semanas de cerrar el año, varias denuncias de abuso sexual contra el trovador Fernando Bécquer se convirtieron en el tema del momento y dispararon los debates y controversias en las redes sociales. Un reportaje publicado por la revista independiente El Estornudo fue el detonante de lo que muchos no han dudado en calificar como el #MeToo cubano y generó numerosas reacciones, la mayor parte de apoyo a las denunciantes, así como nuevos testimonios, disculpas, comentarios sobre este flagelo, y peticiones por una hasta ahora postergada legislación contra la violencia de género.
Incluso entidades oficiales como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) se pronunciaron ―aunque de manera general― contra los abusos y toda forma de violencia de género, y se posicionaron del lado de sus víctimas. A la par, se conocía sobre la primera denuncia interpuesta contra Bécquer ante la Fiscalía y del consecuente inicio de una investigación al respecto. Mientras, activistas y organizaciones han reiterado la importancia de visibilizar estos casos y trascender el ámbito virtual hacia las estructuras legales correspondientes.
#YoSíTeCreo: repercusiones, ramificaciones y contextos del “caso Bécquer”