Negocios privados en el sector artístico: soluciones ante la pandemia

El mercado del arte en el sector privado también ha tenido que ingeniárselas estos meses para sostener sus proyectos frente a la actual crisis por la COVID-19.

La industria audiovisual se adapta a las actuales circunstancias en Cuba por la Covid-19. Foto: perfil de Facebook de Madwoman Agency.

El sector privado cubano ha sido uno de los más afectados en la actual pandemia provocada por el nuevo coronavirus, cuyos efectos se extienden más allá de la salud humana.

En materia económica, los negocios privados en Cuba han tenido que hacer casi magia para enfrentar la actual crisis, replanteándose mecanismos de trabajo y metodologías, tratando de subsistir en sus respectivos mercados.

Aquellos emprendimientos dependientes casi en su totalidad del turismo son, sin dudas, los que peor se las han visto desde el mes de marzo, cuando comenzó el período de confinamiento en gran parte del país, una medida que tomaron además muchos países para frenar la expansión de la COVID-19.

Varios proyectos asociados al mercado artístico-cultural se han readaptado a las nuevas circunstancias, adoptando prácticas más comunes a nivel global, atendiendo a las características del mercado cubano y las circunstancias actuales de la isla.

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En el caso de los proyectos como Producciones Almendares, con una rutina de trabajo diversa donde se incluyen producciones audiovisuales y eventos culturales, resulta complejo adaptarse a las actuales circunstancias. “Nosotros rodábamos a veces varios eventos a la misma vez, respondíamos solicitudes de trabajo que podíamos acometer simultáneamente, eran muchas solicitudes diarias”, nos comenta su directora Patricia Santa Coloma.

“De pronto —añade— al comenzar la pandemia fue como un freno que paralizó las solicitudes, las producciones. Este 2020 íbamos a tener un buen año porque teníamos clientes habituales, además de otros servicios que íbamos a hacer para la propia televisión, la casa productora de telenovelas, entre otras cosas, y todo ha quedado parado, además, teníamos una tesis que estábamos preparando y tuvimos que parar… eso ha sido complicado”.

Añade la joven realizadora quien nos comenta que de momento se mantienen enviándo trabajos que tenían pendientes a los clientes, “con otras miles de dificultades, porque con la llamada fase cero, no te dejaban conectarte en los parques para poder subir los archivos, los centros de navegación siguen cerrados para poder conectarte”, otro de los contratiempos que atenta contra las buenas prácticas de trabajo en el país.

En el ámbito cinematográfico, esta industria, como se sabe, ha visto detenido buena parte de su quehacer en todo el mundo, ya sea en materia de desarrollo y producción, como en el aspecto comercial referente a los estrenos en las salas de cine.

“Ya las medidas de la industria del cine en el resto del mundo han cambiado mucho, fuera de Cuba de por sí ya tiene muchas reglas: las de distanciamiento, el equipo de actores reducido, o sea, nada de hacer escenas con muchas personas, con muchos extras; equipos técnicos reducidos al máximo, ya ahí se ve afectada tu creatividad”, comenta la fundadora del proyecto.

“En Cuba se han tomado medidas y se siguen tomando medidas, yo estoy haciendo un corto y estamos todos con nasobucos todo el tiempo que estamos cerca y desinfectándonos las manos continuamente, pero me limita que aquí hay menos recursos. En un país bloqueado yo no puedo tener maquillaje desechable, por ejemplo, porque no existen las condiciones económicas ni la infraestructura para enfrentar una producción así, como en otros países”, explica.

Otro de los aspectos positivos para este tipo de emprendimiento resulta la posibilidad de establecerse como empresa, una noticia que causó gran revuelo en el sector privado cubano, la cual Santa Coloma califica como “La mejor medida que acaba de ocurrir” porque “si eres una empresa te puedes ‘buscar la vida’, o sea, buscarte tus fondos fuera de Cuba o creártelos, ¿por qué no?, y eso para mí es algo muy importante porque estamos dando excelentes pasos, entre los que se incluyen la importación de los equipos y de otras cosas necesarias para trabajar”.

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Considera además que “si Cuba es segura, sin coronavirus, clientes extranjeros, de lugares con mayores índices de la enfermedad quizá nos encarguen trabajos a nosotros y podemos volcar esa situación ventajosa en el área de los negocios, sobre todo en el área del audiovisual donde debemos lograr poder comercializar las obras independientes como una empresa, sin que esta se rija por leyes estatales a veces muy rígidas, sino ser un poquito más flexibles”.

Arte desde casa

Más allá del aspecto comercial, al igual que en Producciones Almendares, el factor humano ha permitido reevaluar y consolidar las líneas de trabajo de varios proyectos vinculados al sector artístico.

En ese sentido Yaiset Ramírez, galerista y directora del espacio Máxima Estudio-Taller, nos comenta que “la situación actual es muy difícil para el mundo, la salud es el bien más preciado que poseemos y debido a eso nuestro equipo de trabajo se mantiene unido, la unidad es una fuerza que emana lo imposible, de esa manera nos mantenemos muy positivos y sobre todo pacientes”.

Como otros centros dedicados a las artes plásticas, este espacio se ha volcado de lleno al entorno digital, promocionando el trabajo de los artistas cubanos y ayudando a hacer más llevadero el período de aislamiento social, el cual se ha extendido por varios meses, principalmente en la capital del país.

“El trabajo que se hace con el corazón es placentero, nos lleva a un nivel de comprensión donde podemos entender que hay fuerzas superiores que dominan la vida del ser humano, simplemente aceptamos que esto es una etapa que pasará…”, añade la joven emprendedora, quien nos comenta que se mantienen actualmente trabajando en un exposición online, la cual también estará disponible en el entorno físico una vez se normalice la actual situación epidemiológica en La Habana, como era habitual en este centro.

GALLERY MAXIMA

Respecto al mercado del arte cubano, considera que no solo ahora, sino desde hace algún tiempo ha venido ganando espacio en el circuito internacional: “El arte cubano en sí habla de su futuro. La fuerza y la calidad de nuestros artistas hoy se reconoce y legitima cada vez más, no sólo los artistas, nuestros críticos, restauradores, coleccionistas, por su calidad, van escalando hacia un mercado más internacional”.

“Alcanzar el lugar que nos merecemos toma tiempo, lo bueno prevalece y se abre paso por sí mismo —nos dice— y hemos visto en estos últimos años el incremento de la participación de artistas cubanos en subastas reconocidas como Christie’s y Sotheby’s, algo notable dentro del mercado del arte a nivel internacional”.

En el ámbito literario, proyectos como “Ediciones Sinsentido” han logrado trasladar el hábito de lectura a un formato más novedoso, a través de las lecturas en audio, utilizando redes sociales y otros medios.

Esta editorial independiente promueve “libros irrepetibles, contienen ideas que cuestionan la Historia, la poesía, la carne, el pasado y el futuro. Hablan de Cuba y hablan de los autores, de su no autoridad, de su fragilidad, hablan de sus incertidumbres, hablan de ti, aunque no lo sabes”, así lo plantea su política editorial.

En estos momentos han creado junto a amigos, artistas, poetas, narradores e intelectuales, un grupo de lecturas online, a través de la plataforma Telegram. “Me interesan las texturas que adquiere la escucha y cómo las voces de otras personas pueden aliviar y acompañarnos en un momento tan duro para la humanidad”, confesó a OnCuba  Martha Luisa Hernández, una de sus creadores.

Otro modelo de emprendimiento que se ha visto afectado es el de las academias de baile, donde el público extranjero es el de mayor concurrencia en varios de estos proyectos, aunque trabajen para todo tipo de público.

Así lo asegura Yan Borges, bailarín y profesor de la compañía LatinSalseando, quien nos comenta que con la actual situación que vive el país y la mayoría del planeta, han tenido que ofrecer sus conocimientos vía online, una variante que no es nueva para la compañía, pero que ahora se torna vital.

“Tanto las clases presenciales como las clases demostrativas online requieren el mismo nivel de conocimiento, la diferencia en las clases online en video es que aquí tú tienes que dedicarte más, para que la persona que vaya a ver el contenido pueda detallar bien lo que tú estás desarrollando”, explica.

Aspectos como la limpieza de los movimientos y una detallada explicación son fundamentales en ese sentido, “porque cuando estás trabajando presencialmente, en ese mismo momento te puede decir ‘mira pero no entiendo esta cosa o este paso’, pero cuando es un video solamente o una clase online, los tiempos no son iguales y tienes que tratar de que todo lo que vayas a explicar sea lo más claro posible y que todo sea limpio y pausado, te exige más en la actividad docente”, especifica Borges para OnCuba.

Una ventaja de esta modalidad de trabajo resulta la interacción con el público la cual “también es mejor; por ejemplo, las personas hacen preguntas que a lo mejor no te harían en directo porque tienen un poco de pena, o te dicen cosas buenas que no serían capaces de decirte en vivo, también recibes consejos porque online lo ven no solo quienes están aprendiendo, también personas que saben y entonces te permite un mejor intercambio”, comenta el bailarín.

En la compañía dirigida por la joven bailarina y licenciada Mariesly Paradelo, “todos somos instructores de bailes populares cubanos y tratamos de que todas las personas, tanto cubanas como extranjeras, puedan aprender cuáles son cada uno de nuestros bailes populares, su surgimiento e historia, siempre relacionándolo con nuestra cultura, su ejecución y sus significados, comenta Borges.

En el caso de nosotros — nos dice—  además de nuestro trabajo en la danza y como profesores hemos podido trabajar en el marketing, algo necesario en nuestro desarrollo profesional porque lo principal es que se conozca nuestro trabajo”.

El distanciamiento físico cuesta mucho trabajo en proyectos como estos, donde la creatividad, la interacción personal y social, unido al talento artístico, son vitales para el desarrollo de un modelo de negocios eficiente, pues el factor humano tiene vital importancia.

“Esto nos está costando mucho trabajo y pese a todo uno es humano y a mí me gusta lo que lo que hago y me gusta la gente con quienes trabajo nosotros nos queremos mucho y por supuesto que nos tenemos que abrazar y abrazar bien fuerte porque esto nos está costando el triple”, aclara Santa Coloma.

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Mientras, la galerista Yaiset Ramírez está consciente que “el arte es medicina para el alma, observo cada coleccionista, espectador o comprador que llega a nuestra galería y siempre toman lo que necesitan, algunos observan y comentan, otros guardan silencio y meditan, ver arte es una forma de depurar el alma, como dijera Martí, de adentrarnos en un camino de conciencia por un mundo mejor”, una máxima necesaria para sostener estos emprendimientos.

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