En el año 1993, millones de años después de la extinción de los dinosaurios, el director de cine estadounidense Steven Spielberg estrenó la película Jurassic Park. Desde entonces, la fascinación mundial por esos animales y su entorno trasciende generaciones.
Pero incluso antes de que el genial director de cine leyera la novela del escritor estadounidense Michael Crichton, que lo inspiró para su filme, en Cuba ya existía un parque temático con esculturas de dinosaurios, mamuts, vertebrados voladores, tigres de sables, caballos salvajes, neandertales y más.
Se trata de El Valle de la Prehistoria, una de las principales atracciones del Parque Baconao, declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO en 1987 y ubicado a 20 kilómetros al sur de la ciudad de Santiago de Cuba. Inaugurado en la década de los 80 del pasado siglo, el espacio abarca un campo de unas 11 hectáreas, donde se alzan más de 200 esculturas en ferrocemento de especies que habitaron la tierra en varios períodos geológicos.
Pegado a la carretera de acceso, un hombre de Cromagnon, de 12 metros de altura, con un hacha de piedra y cara de pocos amigos, nos da la bienvenida. Esa figura masculina, representación de los primeros humanos modernos prehistóricos que coparon Europa, parece ser el guardián de la sabana donde la vista, a lo lejos, choca con las elevaciones de la Sierra Maestra.Al interior de la llanura, sin seguir ningún sendero, componen el paisaje una docena de dinosaurios, aves y reptiles gigantes. Transitamos, así, por el Período Jurásico. A juzgar por la paleontología, la ciencia natural que estudia e interpreta el pasado de la vida sobre la Tierra a través de los fósiles, la mayoría de los dinosaurios vivió en la tierra hace más de 100 millones de años, en el período conocido como la “Era Mesozoica”, compuesta por los períodos Cretácico, Jurásico y Triásico.
A finales del período Cretácico hizo de las suyas el famoso Tyrannosaurus rex, ese animal carnívoro, bípedo, de enorme cabeza y el más popular de los dinosaurios hoy en día.
Propiamente del período Jurásico es el Allosaurus, otro bípedo, carnívoro y temible, de 8 metros de longitud y 3 metros de altura. De ese tiempo también es el Apatosaurus, uno de los más grandes encontrados hasta hoy. Era cuadrúpedo, herbívoro, de cuello y cola muy largos. Llegaba a medir 26 metros de ancho y 4 de altura.
En el Valle de la Prehistoria cubano, a pocos pasos de los dinosaurios pero con 5 millones de años de diferencia en el tiempo, están las estatuas de los primeros seres humanos. Ahí entramos en la etapa del Paleolítico.
Etimológicamente, Paleolítico significa “piedra antigua”, y remite al momento del desarrollo humano alcanzado durante la “Edad de Piedra”, hace unos 3 millones de años.
Las principales actividades desarrolladas durante ese período fueron la recolección de frutos y la caza. Ahí aparecieron las primeras herramientas y utensilios elaborados a partir de la intervención humana, hechos de piedra afilada. Fue por ese entonces, cerca del año 500.000 a.C., cuando el ser humano descubre y domina el fuego. Incluso, es la época donde se ubican las primeras manifestaciones artísticas mediante las pinturas rupestres en las cuevas.
Al Paleolítico pertenece justamente la escena más fotografiada por turistas que visitan el parque prehistórico de Santiago de Cuba. En una pequeña loma un grupo de personas, semidesnudas y con lanzas y piedras, luchan con un mammuthus lanudo que, a juzgar por su gesto congelado, grita y agoniza.
Podríamos decir que este subconjunto escultórico es una versión libre y muy cubana del animal. En el valle de Santiago de Cuba, esa especie está bajo el sol del Caribe cuando, originalmente, los mammuthus lanudos, de una gruesa capa de pelo de hasta 90 cm y grandes colmillos curvos de hasta 5 metros de largo, vivían en las frías estepas de Siberia, en plena Edad de Hielo.
Esa especie, no obstante, no es la que habitó América del Norte hasta hace apenas 11.000 años. Esos, más cercanos a los elefantes, también están representados en manada por este parque del Oriente cubano.
La escena de la captura de un mamut en el Valle de la Prehistoria en Cuba simboliza la supervivencia de los primeros humanos sobre el planeta. Durante mucho tiempo se especuló que esa especie había desaparecido por la caza indiscriminada. Según reveló un estudio reciente de la Royal Society del Reino Unido, la extinción se produjo por el abrupto cambio climático.
Ejemplares intactos de esta especie se han encontrado congelados luego de miles de años. Esto ha permitido recientemente a una empresa científica sustraerles el ADN y, en 2015, secuenciarlo, con el fin, en un futuro cercano, de “revivir” al mammuthus lanudo. El proyecto, que cuenta con millones de dólares de presupuesto, persigue que los nuevos animales vivan en el Ártico, y que su presencia allí estimule el crecimiento de pastizales para, así, preservar el medioambiente en esa zona de muy bajas temperaturas.
Pero el Ártico queda muy lejos y hace mucho frío. Mejor disfrutar de estos increíbles animales en una aventura a través de millones de años en el Valle de la Prehistoria, en Santiago de Cuba.
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El artículo sobre el el Valle de la Prehistoria no refiere los creadores de esta obra