Guatemala no encaja en la definición de “tercer país seguro”.
El presidente electo de la nación centroamericana, Alejandro Giammattei, dijo este martes en entrevista con The Associated Press que su país no cumple con lo establecido en la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, base del polémico acuerdo migratorio firmado en julio pasado con Estados Unidos.
El documento implicaría que los migrantes que lleguen a Guatemala en su camino hacia Estados Unidos soliciten asilo en este país y no en la frontera estadounidense. La medida podría reducir el elevado número de migrantes –entre ellos salvadoreños y hondureños– que han abrumado el sistema de inmigración estadounidense, pero ha generado gran polémica debido a que Guatemala es un país aquejado por violencia de pandillas, desempleo, pobreza y desnutrición crónica en niños menores de cinco años, entre otros problemas, por lo que podría cuestionarse su capacidad para recibir a migrantes que huyen de sus países por esas mismas circunstancias.
Giammattei coincide con esto último. “Si aquí no tenemos la capacidad con los propios (migrantes), imagínese con los ajenos”, dijo.
Según el futuro presidente guatemalteco, el acuerdo debe ser analizado en conjunto con los anexos que aún se negocian con el gobierno de Donald Trump.
El documento fue criticado en Guatemala porque al firmarse no contó con el aval del Congreso.
“Para ser un país seguro debe ser calificado como tal por un organismo internacional”, dijo Giammattei. “Yo no creo que Guatemala, en la calificación, pueda llenar los requisitos de un tercer país seguro, no cabemos en esa definición”.
El médico de 63 años, que logró la victoria al frente de un partido conservador tras buscar el poder por cuarta ocasión, afirmó que el tema migratorio será una prioridad en su gobierno, por lo que se creará una oficina que llamó Viceministerio de Asuntos Migratorios y tendrá sede en Washington.
“Será el único viceministerio que funcione fuera del país”, dijo “Ya va siendo hora de que haya un gobierno que se preocupe por la gente. Al final esa gente nos está manteniendo”, aseguró en alusión al envío de remesas.
Más temprano, Giammattei ya se había referido al acuerdo. De hecho, desde que se dio a conocer, el presidente electo ha mantenido que el gobierno del mandatario saliente, Jimmy Morales, no informó las implicaciones que conllevaría su implementación.
“Vamos a pedirle al presidente Morales que incluya a nuestro equipo de cancillería en las discusiones del acuerdo, porque tiene el derecho a estar informados”, explicó a la AP.
Aunque Estados Unidos utiliza el término de “tercer país seguro”, Guatemala se ha negado a llamarlo así. El estatus surgió tras la firma en julio de 1951 de la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, donde se establece que cuando una persona sale de su país para solicitar asilo en otro lugar, este segundo Estado podrá negarse a recibirlo y enviarlo a un tercer país que considere puede darle las mismas atenciones.
Un juez estadounidense ha frenado las intenciones del gobierno de Trump de enviar fuera de sus territorios a migrantes para que esperen las respuestas a sus pedidos de asilo. Giammattei dice que habrá que esperar que el acuerdo libre las batallas legales para saber si se podrá implementar, pero que no tiene duda que éstos deben ser ratificados por los congresos de ambos países.
El acuerdo fue firmado en medio de amenazas de Estados Unidos a Guatemala de imponer sanciones arancelarias a sus productos, así como a las remesas que los guatemaltecos reciben de sus familiares.
De enero a la fecha, Estados Unidos ha deportado a 34.800 migrantes guatemaltecos.
Giammattei, quien tomará posesión el 14 de enero de 2020, ha dicho que la migración es “un proceso de abandono, marginación y exclusión social” y que deben ser atacadas las causas estructurales del origen de la migración con oportunidades de desarrollo.
“Yo no creo que sean muros físicos ni muros de armas los que vayan a detener la migración. Lo que detiene la migración es la construcción de muros de oportunidades”, dijo.
En entrevista con AP, Giammattei también se refirió a otro de los temas de interés central en su país: la lucha anticorrupción.
Sobre la decisión que tomó el actual presidente de no renovar el mandato de Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), dijo que no tiene la capacidad legal ni de ningún tipo para pedirle que reconsidere. “El convenio ya se dio por finalizado; lo aceptó Naciones Unidas”, dijo. “CICIG como tal desaparece y la historia juzgará si la decisión de Morales fue correcta o no”.
La CICIG, órgano de Naciones Unidas, permaneció por 12 años en Guatemala ayudando a la fiscalía a desarticular más de 60 estructuras del crimen organizado incrustadas en el Estado. Morales decidió no renovar su mandato luego de que ésta acusara a su hermano, a su hijo y al mismo presidente de actos de corrupción.
Por último se refirió al tema de restricción de derechos que, según guatemaltecos consultados por AP tras su elección, podría ser preocupante debido a que es un conservador que se opone al aborto y al matrimonio homosexual. Según Giammattei, será respetuoso con las minorías y la comunidad LGBTIQ.